A veces no hacen falta muchos datos biográficos para disfrutar de buenas historias. Bueno, más bien nunca. Así me ocurre con Elisa Sánchez Prieto, autora de dos novelazas que he disfrutado mucho: Arena en los ojos y Al abrigo. Proveniente de una familia de maestros, ella misma ejerce como profesora en la enseñanza primaria, de donde toma materiales para la creación de sus novelas, en las que las mujeres son siempre protagonistas, aunque su proceso creativo resulta mucho más complejo. En este mes de las escritoras, nos cuenta brevemente, y como un escupitajo, la conformación de la creación literaria.
«Esta mañana he amanecido helada y envuelta en pandemia. Para despegármela podía haber meditado, o blasfemado, a voces. Podía haberme drogado. Llorado. Eliges abrazarme , sabes que en tu abrigo, suelo encontrarme. No hay decapante-me dices, mientras me apartas, para mirarme- No hay decapante, suficientemente potente- insistes,- que nos desprenda de este contexto.
Y, recojo de tu boca la palabra contexto.
El contexto en la creación, pienso. Y me voy, como antaño, como cuando era pequeña e irresponsable y la monja en clase pregunta al aire. Algo magnífico de la creación son esos momentos en los que te permite evadirte del contexto. Volar lejos, pero, ay, la monja llega y dice tu nombre. La creación, entonces, es perversa, porque no solo no impide, que puedas evadirte del contexto, sino que te lleva inexorablemente a desastres apocalípticos. Ahí es cuando el contexto narrativo, se muestra peor, incluso, que el contexto que te rodea.
A veces el contexto narrativo se mezcla con el contexto extrínseco y se monta un lodazal, del que curiosamente, también puede salir algo interesante. El contexto que hoy llevo soldado a la piel y alma, es tan intenso que pugna con asquerosa osadía por el puesto de protagonista, pero Pam, no me interesa, prefiero escribir de amaneceres, de columpios, de sentires, de desamores, e incluso de hermanos muertos…. Y abrazarte, que no se nos olvide abrazarnos fuerte, porque esa es la clave. De la creación y de la vida».