Las mujeres de la familia Medina

Ojalá algún día fuéramos tan fuertes como las mujeres que nos precedieron. Ellas, que tuvieron que sobrevivir en momentos dificilísimos y con el agua al cuello, tuvieron la valentía de no rendirse, de mirar hacia adelante y de creer en un mundo mejor. Siempre recuerdo esta lucha colectiva e individual, pues soy consciente de que aunque en ocasiones me sienta superada, le debo lo que hoy soy a las personas que lucharon por ello, a las que no se amilanaron, a las que plantaron las simientes de la esperanza. No resulta extraño, pues, que me gustase tantísimo la nueva novela de María Fornet, titulada Las mujeres de la familia Medina, y que transita por esa memoria porosa, para acercarnos un poco a ese pasado que se desvanece y por las familias repletas de complicaciones pero, a pesar de todo, con un afán de fortaleza impresionante.

“Al fin y al cabo, quién dicta lo que debe sentir una hija ante el final de una madre, cuál debe ser la cantidad de llanto exacta, la mezcla de sorpresa y desilusión en la dosis adecuada”.

María Fornet escribe una historia envolvente, en la que olemos cada esquina de la casa y de las fincas de olivos, en la se atisban el dolor y la muerte como si estuviesen en la misma habitación que nosotras. Leyendo esta historia, que se disfruta muy lentamente, he sentido ecos de ese Sur que tan bien había recreado Adelaida García Morales o las sensaciones tan reales evocadas por autoras como Laura Esquivel o Isabel Allende. Y es que Las mujeres de la familia Medina es una novela para paladares exquisitos, pues cada palabra está elegida como cuando un orfebre moldea el oro para convertirlo en un objeto lindo. Dividida en cinco actos (“Negación”, “Ira”, “Negociación”, “Dolor”, y “Aceptación”), la estructura del libro recuerda a la de una obra teatral, aunque en realidad tiene rasgos de varios géneros, como la poesía y el cuento. La autora traza una radiografía de la propia vida, centrándose en los múltiples sentimientos que cada una de nosotras siente en los diferentes momentos vitales. De esta forma, la historia serviría como manual de sensaciones algo que, junto a su estructura, nos lleva a pensar de pleno en el teatro lorquiano. Tampoco pasa desapercibido el lenguaje y el vocabulario empleado por la escritora, quien no esconde ese homenaje evidente al mundo andaluz de su infancia y a las fincas de olivos, y cómo se fue modificando con el paso del tiempo.

Pero, aunque todo lo anterior es muy cierto, realmente esta novela destaca por su capacidad para definir la complejidad de las relaciones materno filiales, y el peso que la familia tiene en el individuo. Lejos de lo que podríamos esperar, la autora no nos ofrece una visión edulcorada, sino que se centra en los entresijos de la mala relación entre una madre y una hija que un día pierden la comunicación y el proceso que tienen que librar para encontrarla de nuevo. Mientras desarrolla esta idea tan completa, la autora de Feminismo terapéutico, aprovecha para dejar pinceladas de lo que simbolizan las mujeres en nuestra historia y de cómo estuvieron silenciadas a pesar de sostener en sus hombres todo un mundo.

“Y a su abuela Amparo tampoco le hacía falta más que agua para calmar la sed, un pan duro para el gazpacho y un camisón calentito, y con eso solo ya montó aquí todo este circo, a base de arremangarse bien los delantales y no cogerse baja un solo día”.

Esas mujeres fuertes, que no se quejaron jamás, que nunca pensaron en sí mismas. Ellas siempre estuvieron ahí, y este libro les pertenece. Así mismo, Fornet reflexiona sobre la nostalgia, sobre las cosas que extraña una persona cuando es obligada a marcharse lejos de su tierra, una sensación que no le es ajena, pues ella pasó varios años en Londres.

“No eran las mujeres Medina las únicas que le erizaban el vello, todo su pasado lo hacía: las calles del pueblo, las palmeras, las campanas de la iglesia”.

Ficha técnica

Título: Las mujeres de la familia Medina

Autora: María Fornet

Editorial: Almuzara

Año de publicación: 2019

Número de páginas: 235