Fue leer esta cita en un libro tras terminar Luciérnagas de Ana María Matute y pensar que esta frase es tal cual la sensación que emana de esta novela y, en general, de la autora que nos dejó este año. Una vez más, y no cuento nada nuevo, Matute pone en boca de niños que llegan irremediablemente a la edad adulta esos sentimientos que siempre le quedaron en la mente y que toda la población del siglo pasado sintió. Los «niños asombrados» por la Guerra Civil y la posguerra dan pie a todas las novelas de esta magnífica escritora que, aún de viejita, nunca dejó de ser una eterna niña.

Luciérnagas narra cómo las vidas de los hermanos Sol y Eduardo, pertenecientes a la burguesía catalana de entonces, se vio truncada por la llegada de la Guerra de la que ellos no entendían sus porqués. Cuando ésta llega tienen que adaptarse, y es cuando conocen a Pablo, Cristián o El Chano, descubriendo así ese otro mundo formado por los más pobres, los que nunca antes habían tenido nada y que les descubren las ideas socialistas. Esta obra escrita en 1949 no fue publicada, debido a la férrea censura, hasta 1955, bajo el título de En esta tierra. Tras el franquismo, En esta tierra se publicó por la editorial Destino en 1993 bajo el título Luciérnagas, contando con la revisión de la misma autora con el objetivo de restituir la cultura que la censura franquista había arrebatado.
Los valores de la amistad y el amor hacen de Luciérnagas una obra de arte, donde las palabras explican con estupefacción un tiempo vivido por obligación y con la inocencia pura. En cada niño/a de sus novelas se puede entrever a la niña Matute, la cual pasó parte de su infancia con sus abuelos en Mansilla de la Sierra, un pequeño pueblo de las montañas riojanas. Ella es también todos los protagonistas de sus libros, esa chica asombrada por una guerra que truncó ilusiones e infancias, además de muchas vidas injustas.
Para mí, que descubrí la literatura de Matute en este año de su muerte, no hay escritor ni escritora que relate de manera tan magistral la nostalgia por la infancia pasada y un paso del tiempo del que no tenemos constancia hasta la edad adulta. Sin duda, este 2014 nos dejaron escritores grandiosos. Matute es una de ellos.
Ficha técnica
Autora: Ana María Matute
Año de publicación: 1955
Año de esta edición: 2011
Editorial: Austral
Número de páginas: 320