Nací y crecí en un lugar lleno de árboles, de caminos pedregosos que me llevaban a sitios que más tarde aprendí a definir como “bucólicos”, quizás cuando empecé a sentir que me faltaban un poco. La naturaleza en su sentido más amplio ha sido siempre para mí un misterio, y me debato con frecuencia alrededor de ella y de lo que me aporta en mi día a día. Y en esta reflexión, también literaria, se me oponen siempre dos ideas: soy consciente de lo mucho que la naturaleza nos ofrece a los seres humanos, pero por otro lado, no podemos reducirla a su parte positiva, ya que en ella también (con) viven seres “chungos” y con fuerza para destruirnos. Así que, aunque podamos pensar que irse a una cabaña alejados de todo el mundanal ruido nos puede ayudar a nivel terapéutico y psicológico, lo cierto es que no siempre ocurre así. En esa dualidad se mueve De bestias y aves, la nueva novela de Pilar Adón, que entronca con obras suyas anteriores, como Las efímeras, pues en su narrativa todo lo relacionado con la parte menos amable de la naturaleza constituye el eje central que ella emplea para explicar toda la complejidad del ser humano.
De bestias y aves empieza con una mujer que, al terminar el verano, conduce un coche y se queda sin gasolina justo en un lugar solitario, sin apenas vida, y en el que encuentra una casa habitada por unas mujeres que, desde que entra por la puerta, la desconciertan. La mujer que conduce lleva a sus espaldas una hermana ahogada, que es su secreto, y esas otras mujeres de la casa, también tienen otras tantas vivencias que no siempre pueden desvelar. La autora nos hace transitar un camino pedregoso, lleno de secretos, en el que el pasado pesa mucho. Sabemos que ahí ocurre algo, que el ambiente de esa casa es turbio, que esas mujeres están habitadas más allá, que esconden cosas entre sus ropajes, y que todo se oculta entre las ramas de esos árboles que conforman ese bosque y esa naturaleza. Siempre leo las novelas de Pilar Adón con miedo, porque la forma de contar es premonitoria de que va a pasar algo potente y sorprendente, algo que se cuece desde la primera página y que se adivina detrás de un estilo agreste. En este caso, sucede lo mismo, pues aunque no existe un misterio propiamente dicho, sí que se nos mantiene en vilo alrededor de los motivos y de lo que hacen esas mujeres en esa casa.
Me encanta la forma en la que la autora analiza la psicología humana, los traumas del pasado y cómo convivimos con ellos, y también a qué nos agarramos para seguir viviendo. Porque, aunque no todo sea positivo, siempre existen anclajes.
“Las miró sin moverse del sitio en el que había ido a establecerse, planteándose aún la posibilidad de irse con ellas y avanzar entre los manzanos, los ciruelos y las hierbas secas. Reconociendo los códigos de la naturaleza. Los insectos y la hiedra”.
Creo fuertemente en la literatura que nos desconcierta, que nos molesta, que nos escuece, que nos interpela, y que incluso nos duele. Esta novela de Adón demuestra que se pueden contar buenas historias teniendo la naturaleza como protagonista pero sin idealizarla, y por eso la considero también un ejercicio valiente de autoestima colectiva.
Ficha técnica

Título: De bestias y aves
Autora: Pilar Adón
Editorial: Galaxia Gutenberg
Año de publicación: 2022
Número de páginas: 208