En medio de un mundo tan contradictorio, en el que la sociedad vive siempre con prisas, se hace más necesario que nunca reflexionar sobre el sentido de la vida, y lo que hacemos en ella. La vuelta a los orígenes se torna como un mecanismo a defender en unos momentos en los que le reloj se ha vuelto protagonista inevitable. Ante esta tendencia imparable, autoras como la italiana Simonetta Agnello Hornby se paran un momento y deciden defender la filosofía del vivir lento.
Con un estilo y una forma de narrar que nos llevan a pensar inevitablemente en Como agua para chocolate de Laura Esquivel, Simonetta escribe un libro conformado por las recetas de la cocina que hacían ella y su hermana cuando pasaban sus veranos en Mosé a mediados de los años 50. A través de los alimentos y de las formas de prepararlos, Simonetta rememora en Unas gotas de aceite aquellos años de infancia, de descubrimientos, y de compartir momentos en familia. La esencia misma de la vida.
Muchas de las recetas que se van entrelazando con los recuerdos provienen de la abuela Maria que las recopilaba en un cuadernito con las páginas numeradas y provisto de un índice, documento que le sirve de base a la autora para rendir homenaje a la sabiduría popular y a una forma de vivir más sosegada. Precisamente, aquí se habla de la cocina y de las formas de preparar los alimentos como de todo un ritual, en el que los más pequeños/as de la casa descubrían la vida y el sentido de esta. Y, aunque haya muchos años de diferencia, el corazón se me ha llenado de nostalgia cuando la autora confiesa cómo descubre el campo:
«Papá, al no tener hijos varones, intentó inculcarme su amor por la agricultura. Me llevaba a recorrer las tierras para que conociera los trabajos del campo y los diferentes cultivos. Yo, enamorada de mi guapísimo papá, lo acompañaba, obediente y animosa, a todas partes. Nos deteníamos para observar el florecimiento de los olivos, la operación de carga de las almendras y los pistachos, y él me enseñaba a reconocer las diferentes plantas comparándolas unas con otras. Me señalaba las hojas enfermas, los daños causados por el granizo…»
En definitiva, Unas gotas de aceite está escrito con amor y gratitud hacia la familia de la autora, que gracias a la cocina se mantuvo siempre unida y con un claro objetivo: el de recordar siempre a aquellos que los hicieron felices. Pero, como cabría esperar, también están presentes muchas de las formas de entender el mundo de mediados del siglo XX, por lo que constituye el testimonio de una época.
Ficha técnica
Autora: Simonetta Agnello Hornby
Editorial: Gatopardo
Año de publicación: 2017
Número de páginas: 272