Imaginar un mundo donde las mujeres solamente sean meros recipientes, vasos en los que depositar la semilla que dará un fruto no es tan distante como pareciera. Por eso, y aunque se presente como una distopía, El cuento de la criada es una lúcida reflexión sobre la situación de las mujeres, que continuamos en muchos casos viviendo y tomando nuestras decisiones en función de los hombres y del sistema patriarcal.
Margaret Atwood imaginó la historia en los años 80, si bien es cierto que a raíz de la adaptación de la serie el año pasado el éxito ha eclosionado de nuevo, y miles de personas de todo el mundo la leen como una revolución, pues lo que nos cuenta nos empuja a actuar, y a no quedarnos quietos.
Reflexionamos sobre la religión y sobre las mujeres (el feminismo y la sororidad), aunque no de forma clara, sino simbólica a través de la recreación de un Estado, de nombre Gilead, en el que las criadas, mujeres con un atuendo que combina el rojo con el blanco, están destinadas a la perpetuación de la especie, con el objetivo de que el ser humano nunca se extinga. Estas mujeres, consideradas seres inferiores, deben ser violadas por los hombres delante de sus mujeres, para así engendrar el fruto que dará vida a la familia. Y en medio de toda esta cruda realidad, solamente queda la resistencia y la resignación o la lucha, extremos entre los que se debate Defred, la protagonista y narradora de esta novela que no nos dejará indemnes.
Defred nos cuenta su historia a la manera de un cuento, consciente de que la memoria le puede jugar malas pasadas y no dejarle contar todo a tiempo. Pero ella, que es una valiente, echa la vista atrás e intenta recordar en qué momento alguien echó abajo los cimientos de su vida, y cómo todo lo que conocía hasta entonces cambia de forma tan radical. Y a partir de ahí, la libertad se convierte en un derecho a conquistar de nuevo, si es que realmente alguna vez lo hemos logrado, y los habitantes que sobreviven deben convivir con un régimen dictatorial, donde los egos de los que están arriba se alimentan de las miserias de los de abajo.
El cuento de la criada resulta ser una novela dura pero que te impulsa a pensar que realmente habitamos en un mundo en el que quedan muchísimas injusticias que erradicar, y muchas libertades que conseguir. Es también un buen ejemplo de cómo lo que no se cuenta es más importante que lo que se cuenta; precisamente esta gestión de los silencios se aprecia a la perfección en la serie, en donde los personajes son capaces de transmitir muchas emociones solamente con un gesto facial, o una forma de moverse.
“Como el resto de las cosas, el pensamiento tiene que estar racionado. Hay muchos que no soportan pensar. Pensar puede perjudicar tus posibilidades, y yo tengo la intención de resistir”.
Ficha técnica
Título: El cuento de la criada
Autora: Margaret Atwood
Editorial: Salamandra
Año de publicación: 1985
Año de edición: 2017
Número de páginas: 416