He descubierto a David Trueba en el momento adecuado, como siempre ocurre con esos buenos libros que te cambian la vida. Leí Tierra de Campos en una semana en la que me planteé si lo que hacía tenía sentido, si la vida en sí lo tiene y, aunque no llegué a ninguna conclusión definitiva, lo cierto es que disfruté (y sufrí) mucho de lo que iba leyendo.
«Las canciones son cartas nunca enviadas, que se pudren en el bolsillo, como las cosas sin decir se pudren en el corazón y te hacen daño».
A pesar de lo dicho anteriormente, cabe decir que la reciente novela de Trueba no es amable, sino que trata temáticas profundas, como la muerte y lo que nos queda tras la desaparición de un ser querido, los sueños, la libertad, la necesidad del amor y el valor de la amistad. El autor parte de la muerte del padre del protagonista, Dani Mosca, para hacernos partícipes de todo lo que pasa por su cabeza mientras viaja al pueblo natal de él a enterrarlo. Mientras avanza con el coche fúnebre, irán intercalándose las referencias al pueblo y a lo que le va pareciendo al narrador con esas otras de explicación de vivencias pasadas y que, en cierta manera, influyen en este presente cuando menos raro.
Tierra de Campos se inmiscuye en la mente de un músico que en la madurez se pregunta si lo hecho hasta ese momento tiene sentido, si la lucha por unos sueños no nos obliga a renunciar a otros, y si lo que siempre nos han enseñado de pequeños tiene igual sentido una vez que vives ciertos momentos. Porque, ante todo, Trueba recrea una historia que engancha, como una melodía musical en la que las letras se relacionan de forma natural. No en vano, en el medio de esta narración, que tiene el sentido de una vorágine, se introducen versos de canciones, reforzando esa idea de que la vida es como una canción, y que cada persona debería encontrar la suya en el momento concreto.
Las canciones de Dani Mosca y de su grupo son muchas, y van cambiando a lo largo del tiempo, aunque como ya advertimos desde el comienzo, el desencanto acabará por ser la sensación habitual, lo que se traslada a otros aspectos de la vida del protagonista y de su entorno.
A raíz de este libro, me he embarcado en la lectura de uno de los primeros libros de Trueba, Cuatro amigos, y lo cierto es que me ha llamado la atención algo: la presencia de la amistad y la reflexión sobre ella. En Tierra de Campos esta tiene un protagonismo indiscutible, pues el grupo de música de Dani Mosca es también su grupo de amigos, con los que vive momentos únicos; lo mismo ocurre con Cuatro amigos donde desde el comienzo se ve que estamos ante las vivencias de ese grupo que afrontará los cambios hasta la edad adulta.
Pero volviendo a Tierra de Campos, ¿qué es lo que la hace tan adictiva? Pues precisamente esa combinación entre un estilo aparentemente simple y las reflexiones de una cierta profundidad, fácilmente identificables por lectores y lectoras dado que hablan de temas universales. No olvidemos tampoco la forma en la que el también cineasta aborda la vuelta a los orígenes ya que, lejos de lo que podemos pensar, no lo hace de una forma nostálgica como a menudo estamos acostumbrados, sino más bien lo contrario, incluso con un tono irónico y mordaz.
Ficha técnica
Autor: David Trueba
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2017
Número de páginas: 408
Leído también hace poco, la primera parte (cara A) de la novela , me tuvo muy entretenida e incluso conseguí identificar(me) las características de ese protagonista. Con un repaso musical de lo más oportuno, Dani Mosca conseguía atraparme. Sin embargo, todo se vino abajo en la cara B del disco que es esta historia y me invadió una gran desilusión por los derroteros que tomó la trama.
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