Tiene que ser aquí

Reconozco que siempre que me pierden las historias que tienen como hilo conductor el amor y el pasado. Por eso no es extraño que me decidiese a leer Tiene que ser aquí, de Maggie O’ Farrell, una novela en la que estos dos temas están tan entretejidos que funcionan como protagonistas e incluyen en cada paso que dan los personajes.

No es esta una novela sobre el amor al uso, ni romántica, ni sensiblera, ni mucho menos. La autora, con una gran trayectoria en la literatura, maneja a la perfección los hilos de relación entre el pasado y presente, y nos va presentando a varios personajes que, aunque al principio, parezcan desligados, acaban por estar todos relacionados. Es precisamente aquí donde radica la brillantez de una escritora que gustará a los que ya hemos disfrutado con Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler, traducidas y publicadas ambas en español por la editorial barcelonesa Libros del Asteroide.

Tiene que ser aquí es la historia de Daniel Sullivan y Claudette Wells, una extraña pareja que viven en la campiña irlandesa, en donde ambos recalaron escapando de un pasado diferente pero que los ahogaba. Las razones las descubrirá el lector en esta maravillosa novela, que explora las vivencias de otras personas y sus historias: Niall, Phoebe, Marithe, Lucas, Therese, Ari, Rosalind, Calvin… al final todos recalan, en mayor o menor medida, en la vida de Daniel y Claudette, o parten de ella.

Cuesta entrar en el interior de esta novela. Mientras la leía me embargó una sensación extraña. Al principio la comencé con muchas ganas, pero no conseguí sentirme verdaderamente atrapada hasta pasadas las cien páginas. Esto se podría deber a que no se trata de una novela sencilla ni mucho menos, sino que requiere que establezcamos las sinergias entre los personajes que van apareciendo. Tan pronto como vas marcando las conexiones, te das cuenta de que la autora escribe maravillosamente.

Y detrás de esa primera evocación sobre el amor y el peso que el pasado tiene en nuestras vidas, esta novela ofrece múltiples lecturas. Es un claro ejemplo de cómo el éxito atrapa a algunas personas y las llega a agobiar hasta tal punto que desearían escapar de él; evoca la influencia que tiene la familia en las decisiones que tomamos día a día; tampoco pasa desapercibido el papel de la conciencia y de la culpa; y, por supuesto, es un canto a la independencia que cada ser humano debería tener pase lo que pase. Y es que no nos debemos a los demás, sino primero a nosotros mismos, y esta novela nos enseña que es necesario entender esta prioridad para que las relaciones con los demás no se vean afectadas.

Leed, leed este libro para descubrir cómo la magia es capaz de verse en la unión tan perfecta de las palabras, a la manera de un puzzle complicado pero maravilloso.

“Pero aquella mañana, en aquella habitación, el futuro yo de Daniel no estaba presente, así que siguió leyendo, siguió fumando, siguió disimulando. Y Claudette, que estaba a su lado, tomó aire.

– Daniel- le dijo, poniéndose boca arriba para poder mirar a la ventana mientras hablaba-, ¿crees que es posible que esto sea el final de nuestra historia?

Típico de ella, decirlo de esa manera.”

Ficha técnica

Título: Tiene que ser aquí