
Fernando Alonso Barahona es un autor que se ha atrevido a conjugar en su reciente publicación dos géneros que están más en crisis que la literatura si cabe. Se trata de la poesía y del teatro, pues reconstruye en clave dramática la historia de la vida, obra y muerte temprana de tres poetas imprescindibles en la literatura: Delmira Agustini, Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik. A través de esta historia en Tres poemas de mujer nos retrotrae a los últimos momentos de la corta vida de estas tres poetas, que se han ganado el calificativo de «malditas». Personalmente solo conozco a Pizarnik, aunque con este libro me han entrado ganas de los siguientes, y de conocer más al autor, al que os presento en esta entrevista.
Pregunta (P): En Tres poemas de mujer combinas dos géneros que hoy en día están en crisis como son el teatro y la poesía, ¿por qué hablar de tres poetas a partir del arte dramático?
La crisis permanente del teatro o la poesía no resta un ápice a su belleza y fascinación, La poesía impregna la vida y nuestra existencia a menudo se desarrolla en un gran teatro a modo de escenario donde al modo pirandelliano las personas buscan su autor, o el sentido de su vida.
La vida y la muerte de las tres poetas elegidas tienen un fuerte valor dramático porque las tres hicieron poesía de su propia vida, es decir, se encarnaron en poemas. Es como si interpretaran su propia creación. Puro teatro.
(P): Alejandra Pizarnik, Delmira Agustini y Alfonsina Storni tienen en común que son poetas de la soledad, y que murieron jóvenes, ¿qué más factores influyeron a la hora de que se te ocurriese juntarlas en una misma historia?
Su pasión por la creación y la poesía las hicieron vivir en una terrible escisión: la vida y la obra. La poesía y la existencia. Las tres se unen por haber vivido la poesía en su carne y en su sangre. Las tres escriben en español y siguen un hilo generacional invisible pero cierto. Delmira en los años veinte del siglo pasado, Alfonsina en los mismos veinte y en la década de los treinta y Pizarnik – por fin – en los sesenta y primeros setenta .
(P): Las tres contribuyeron a crear esa magia y ese aurea de escritoras malditas, sobre todo por el misterio de sus textos y del final de sus vidas, ¿qué pretendías con esta obra?
Pretendía emocionar al lector y al espectador, porque la poesía es ante todo pasión, emoción y radicalidad. Las tres protagonistas transmitían la magia poética y sintieron en sus vidas la escisión de la realidad al enfrentarse a sus sueños. Delmira, la más joven, con su muerte violenta y trágica. Alfonsina, la que vivió más y pudo saborear cierta fama con su dura enfermedad y romántico suicidio. Alejandra, la más innovadora , la más radical, resume su paso por la vida con una frase dramática : “He dedicado mi vida a la poesía y ahora me doy cuenta que la poesía no le interesa a nadie”.
(P): Me encanta Alejandra Pizarnik, pero leyendo tu obra he tenido muchas ganas de leer a las otras dos protagonistas, ¿por qué las elegiste a ellas y no a otras?
Ese es uno de los objetivos de la obra también. Creo que se puede leer y ver aún sin conocer a fondo a las escritoras ya que sus valores son universales: la creación, el amor, el desamor, la soledad, la pasión, la escritura…. Pero la segunda vertiente de Tres poemas de mujer es descubrir a tres grandes poetas que sin duda fascinarán al lector y al espectador.
Elegí tres nombres porque era el número perfecto para una representación teatral. Tenían que tener mucho en común porque la obra no las presenta como tres actos diferentes sino que interactúan juntas. Junto a sus vidas complejas y cortas compartieron el idioma, el siglo XX y la convivencia en su interior de diversas personalidades. Es verdad que barajé otros nombres, Sylvia Plath , maravillosa poeta norteamericana que se suicidó muy joven o Petya Dubarova , búlgara que acabó con su vida con solo 17 años pese a lo cual dejó unos poemas de gran belleza . Pero sus circunstancias eran diferentes. En cambio Delmira, Alfonsina y Alejandra comparten mucho más de lo que yo mismo pensaba antes de comenzar a escribir,
(P): ¿Cuál de las tres poetas te gusta más?
Difícil pregunta. Delmira fue la primera y su plegaria a Eros es maravilloso. Alfonsina fue la que más lejos llegó y es la más conocida tal vez por la inolvidable canción “Alfonsina y el mar “. El poema de su despedida destila emoción. Y Alejandra es la más personal, no se parece a nadie (Delmira y Alfonsina beben en las fuentes de Ruben Darío o Amado Nervo) , es pura poesía . Su “Señor, la jaula se ha vuelto pájaro “no se puede leer sin sentir el corazón en un puño . En ese sentido, Alejandra Pizarnik es la poesía total.
(P): La muerte es en la obra un elemento que se convierte inevitablemente en protagonista, ¿no tienes miedo de ser demasiado pesimista?
La vida, la muerte, la poesía, la creación, la belleza, la pasión, la sensualidad… Son elementos de las trayectorias vitales. El pesimismo tal vez solo radique en la respuesta que demos a las palabras finales de la obra: “se acordarán de nosotras; leerán nuestros poemas “. Tras la muerte puede haber esperanza y una vida trascendente. Tras el olvido solo queda la nada.
(P): Resulta alucinante la enorme documentación que hay detrás del argumento, ya que te tuviste que empapar de la vida y de la obra de tres mujeres interesantes y complicadas a la vez, ¿cómo resultó este proceso?
Todo empezó en la primavera de 2012 con una conferencia que elegí dar en Manzanares el Real (Madrid) sobre ese tema: Tres poemas de mujer y las tres protagonistas. A partir de ese momento todo fue un empuje inusitado de inspiración, casi llegue a sentir que las tres poetas tiraban de mí para escribir. El reto fue recrear sus vidas, hacer que volvieran a vivir en un escenario y gracias a la poesía. Más corazón que razón.
(P): ¿Podrías definir en unas pocas palabras a cada una de las escritoras?
Delmira Agustini es la expresión de la sensualidad femenina en la poesía. De raíz modernista pero con un lenguaje propio que escandalizó a la sociedad de su tiempo. Ella fue consciente de que el amor físico – que deseaba – le arrebataba el amor poético porque el primero parecía no comprender al segundo. No pudo vivir para experimentar el gozo pleno de la comunión de ambos.

Alfonsina Storni fue una mujer valiente y arriesgada, capaz de tener un hijo y ocultar a todo el mundo el nombre del padre. Se entregó con pasión a la poesía y tampoco encontró el amor personal que hubiera construido su felicidad. Su obra se inicia en el modernismo pero poco a poco se va despojando de oropeles, como la poesía desnuda de Juan Ramón Jiménez . Al final el dolor físico pudo más que sus versos luminosos.
Alejandra Pizarnik escribió su muerte en un poema “¿Cómo no me suicido frente a un espejo y desaparezco para reaparecer en el mar ¿ “. Fue poeta en grado sumo, buscó el amor en hombres y mujeres pero la poesía iba apoderándose de su cuerpo y de su alma. Y así hasta llegar al final .El único final posible. Su obra es personal e irrepetible, sus únicos ecos no corresponden a los escritores de su época sino a Rimbaud , Shelley , Salvador Dalí o el estilo gótico y el terror . Todo ello con erotismo, violencia poética y una sensibilidad a flor de piel que emociona el corazón.
(P): Es este un libro muy femenino, ¿cómo ves el panorama literario y el papel de las mujeres en él?
Tres mujeres, tres escritoras. He tratado de poner en escritura lo que Ortega y Gasset y Julián Marías llamaron la “razón vital femenina”. El panorama literario es difícil por lo complicado que es romper las barreras de la difusión, es decir, llegar al lector y no sólo a otros escritores. El mercado aunque lleno de títulos y pequeñas editoriales los copan un puñado de editoriales que prácticamente monopolizan la literatura.
Está comprobado que en la actualidad las mujeres leen mucho más que los hombres. Lo que no ha de significar que solo una mujer pueda escribir libros de éxito. Pero es cierto que la literatura posee en el primer inicio del siglo XXI un cierto tacto femenino, sin duda sugerente.
(P): ¿Qué acogida está teniendo el libro entre la crítica y los lectores/as?
Aún es pronto para la crítica ya que el libro llega poco a poco a sus objetivos. Tengo algunos comentarios privados – y alguno público – de lectores, sin duda reconfortante.
(P): ¿Cuántas posibilidades hay de ver esta obra representada en el teatro?
Existen, sin duda. En 2014 hubo un intento de llevar la obra a escena y trabajé a fondo con el director Joaquín Calvo, una joven promesa de la creación teatral y cinematográfica, durante algunas semanas. No se completó la financiación. Ahora la editora del libro (Ediciones Irreverentes) lo ha hecho circular por ambientes teatrales. Ojalá pueda ver la luz.
(P): ¿Estás inmerso en algún proyecto literario del que nos puedas hablar?
Tengo casi a punto dos proyectos. Una novela: FIGURAS EN UN ESPEJO y un poemario: CARTAS DEL SILENCIO.
En la novela hay suspense, romance, el drama de la creación de personalidades ajenas (esta vez con los perfiles de Internet) y poesía porque la sombra de Alejandra Pizarnik vuelve a aparecer.
El poemario sigue una historia de amor y desamor a partir de cartas – y mails – de dos amantes separados por la circunstancia.
Espero en no demasiado tiempo poder tener alguna entrevista sobre ellas .
Tres mujeres tres historias que se unen en las letras
Por el mejor literato de los tiempos
Que lleva consigo
El tan merecido éxito.
Felicidades con admiración
Don Fernando A Barahona.🌹🌹👏👏👏👏👏
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