
Cuando escucho a los expertos hablar de El principito de Saint Exupéry o de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez como de literatura infantil recuerdo que son estos libros con los que más he aprendido quizás, aunque no los leyese en la infancia, sino cuando la inocencia había dejado paso a la verdadera realidad. Bajo la etiqueta de que van destinados a un público eminentemente infantil, estas obras de arte nos enseñan muchas cosas, un ciento de metáforas sobre la forma de cuestionarse la existencia y los enigmas de estas.
Un libro recientemente descubierto en la editorial Libros del Asteroide contiene lo mejor de lo mencionado anteriormente. Hablo de Mi planta de naranja lima, del escritor brasileño José Mauro de Vasconcelos, que fue publicada por primera vez en 1968, y recuperado en 2011 por Asteroide.
El autor, nacido en 1920 en Bangú, era hijo de una familia muy pobre, de madre india y padre portugués, aspectos que aprovechará para crear la personalidad del niño Zezé, protagonista de la novela. Antes de dedicarse a la escritura ejerció los más diversos oficios: entrenador de boxeadores, bracero en una hacienda, pescador y camarero. Ya desde bien joven se interesó por las condiciones de los más desfavorecidos, como los garimpeiros o los indios, los que aparecerán más tarde en muchos de sus libros. Su debut literario fue en 1945 con Banana branca, pero el éxito mundial le vino a raíz de la publicación de Mi planta de naranja lima.
La historia parte de las peripecias de un niño de cinco años de nombre Zezé, el cual tiene un pensar muy maduro y sueña con ser poeta y portar pajarita en el cuello. En un contexto de pobreza en el que los Reyes Magos nunca llenan el zapato con ningún detalle, Zezé comparte sus tristezas y logros con Minguinho, el «árbol de naranja lima» que constituye lo más parecido a un amigo. Después será sustituido por ‘El Portuga’ , un hombre mayor al que nuestro niño llega a querer como si fuese de su propia familia.
Pero, ¿qué destaca de este libro de Vasconcelos? La ternura y ese realce de la amistad sentida con sinceridad, como solamente un niño puede sentirla, de la forma más pura, sin envidias ni intereses. Zezé es un niño con una madurez espectacular, con una sensibilidad tan alta que su tío Edmundo siempre le dice «si sigues siendo un niño tan sensible, vas a tener mucho por lo que llorar en la vida».
Sobra en este libro inocencia, la cual se ve mermada cuando al arbolito de naranja lima le crece su primera flor, que simboliza también el fin de la infancia y el comienzo de la edad adulta. Y es que a muchos niños, aun hoy, se les obliga a vivir la infancia muy deprisa y a conocer antes de lo previsto las tristezas e injusticias vitales.
Sin duda es este un libro que, bajo la carcasa de infantil, nos lleva a un aprendizaje brutal del que podemos echar mano cuando estemos saturados de tanta edad adulta.
Ficha técnica
Título: Mi planta de naranja lima
Autor: José Mauro de Vasconcelos
Editorial: Libros del Asteroide
Año de publicación: 1968
Año de edición: 2011
Número de páginas: 203
Lo leí hace unos años y lloré mucho, se me hizo muy triste 😦
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