
“La huida del tiempo es un reconocimiento, una sumisión a este hecho de su implacable y grande soledad. Sus páginas, muchas de sus páginas son, por ello, estremecedoras. Permita que le exprese mi admiración y que le llame maestro”.
Estas son las palabras que Ignacio Agustí dedicaba a Josep Pla en el prólogo de La huida del tiempo (1945), un compendio de los artículos que el autor catalán fue escribiendo en la revista Destino bajo la sección titulada “Calendario sin fechas”, donde aprovechó para tratar las principales efemérides de los payeses, con los que se identifica. Y es que su Ampurdán natal lo tuvo siempre muy presente a lo largo de toda su carrera literaria y periodística. Al inicio del libro, Pla ya explica que a menudo le concedemos demasiada importancia a las fechas del calendario, una obsesión de todo ser humano, prescindiendo de las maravillas del mundo, que es lo que él más valora en sus artículos. En este sentido, tanto Viaje en autobús como La huida del tiempo son similares en cuanto a que ambos cantan a las pequeñas cosas, a los detalles de la vida y de la naturaleza. Los dos libros podrían ser un corpus único y en temática ya lo son. Además, hay que tener en cuenta que ambos fueron escritos en la inmediata posguerra, tiempo en que nuestro escritor se verá obligado a escribir en castellano, dejando al margen el catatán que tanto había defendido anteriormente.
Estos artículos contienen muchos de los elementos de la escritura planiana y son continuas las apelaciones al lector, con el que Pla se identifica y al que tiene muy presente a la hora de presentar su realidad y su percepción de la misma.
“No hagan ustedes caso de la meteorología y de sus profecías, sin embargo”.
La huida del tiempo retrata las costumbres del pueblo (la matanza, el Carnaval, la caza, la vendimia, la siega, la trilla, la Pascua, los magostos…) y los elementos de la naturaleza (las estaciones, los solsticios, los equinoccios, las cigarras, los cuclillos, el crepúsculo…) y lo hace combinando el estilo costumbrista con la experimentación vanguardista. Y en todos subyace la idea de que el tiempo huye y el autor catalán manifiesta una nostalgia por las costumbres que se van perdiendo de generación en generación. Por eso necesita legarlas a la posteridad con las mejores palabras.
La huida del tiempo resulta un conjunto de reflexiones referentes al paso del tiempo y de descripciones bucólicas del ambiente, unas constantes en la literatura planiana:
“El día crece y este sol que va elevándose con lo eclíptico, forma la luz cruda, pero maravillosa, de los almendros que están floreciendo”.
También nos encontramos con una nostalgia de lo que fue, de los cambios que opera la vida. Con la excusa de atrapar el presente, Josep Pla escribe con cierta ironía y sorna para criticar algunos aspectos de la sociedad. Por ejemplo, un tema que aparece en muchos de sus textos es el frío y el cinismo de los españoles que antes prefieren comprarse ciertos vicios que acondicionar sus casas para no pasar mal los tiempos fríos. A él le choca ese conformismo y lo expresa con palabras como éstas:
“Ante los problemas del frío, los esquimales podrían darnos lecciones bastante estimables”.
“¡Qué le vamos a hacer! El país prefiere, a resolver lo del frío, comprar corbatas rutilantes, ir al cine y tener una mentalidad tropical…”.

Debido a su desempeño como periodista, Pla recoge siempre las anécdotas del pueblo llano que le sirven para
empezar sus artículos y tener en cuenta la esencia de lo que se habla en la calle. La sabiduría popular es un elemento principal en su obra, por ejemplo, en el artículo “La semana de los barbudos”, donde recoge los principales santos del mes de enero.
Y de otra parte, Pla aprovecha para mostrar un cierto grado de erudición al citar muchos poemas de autores mayormente catalanes, como el caso de Joan Maragall:
“Com al mig de l’hivern la primavera,
Així el cel avui i el sol i l’aire,
Abre de bat a bat balcons i portes
I ample la casa de clarors…”
En ello subyace la idea del amor de Pla por su Cataluña natal y su lengua, la cual le acarreó ciertos problemas.
La huida del tiempo se asemeja a un poema, motivo por el cual su prosa poética expresa tantos sentimientos, sensaciones, olores, colores y sabores:
“¡Graciosos almendros que ponéis sobre el mundo frío una ilusión de temperatura blanda, casi enfermiza! ¡Qué sois, decidme! ¿Sois un sueño, un deseo, un anhelo o una pura ilusión del espíritu?”.
Los artículos de La huida del tiempo siguen una estructura lineal tomando como base las principales épocas y celebraciones de un año (el 1945), tratando desde la Epifanía de Reyes hasta el Fin de Año. Con tintes existencialistas y filosóficos, y con una oposición, muchas veces expresada, al progreso, Pla construye unos textos que, aun siendo individuales, gozan de argumento: el cante a lo pequeño de la vida, y la presencia de esa naturaleza que tanto empapó a este autor.
Y la cita que mejor que expresa el leitmotiv del paso del tiempo es:
“El tiempo es irreversible y lo que ha sido, ha sido”.
Ficha técnica
Autor: Josep Pla
Año de publicación: 1945
Año de edición: 1984
Editorial: Destino
Número de páginas: 224