“Vivir tiene que ser algo más que ir tirando”.
Desde el mismo instante en que se publicó, Infelices, el debut literario de Javier Peña López conquistó a muchísimos lectores. Yo me resistía, quizás por eso de que a veces tiendo a desconfiar de los éxitos como si me fuesen a explotar en las manos. Me resistía, aunque finalmente caí y lo leí esta semana, justamente después de Rewind de Juan Tallón, y la verdad es que creo que fue el momento exacto.
Infelices retrata con maestría esta sociedad que habitamos, que busca incesantemente la felicidad sin conseguirla. Los personajes del Círculo de Viena, que se conocieron mientras estudiaban la carrera de periodismo en los años 90 en Santiago de Compostela, recuerdan su vida, las decisiones que una vez tomaron y que les marcaron la vida. Pero no se trata de los recuerdos de estos amigos, sino que Peña López consigue alejarse de la nostalgia y esbozar un argumento en el que, con diversos puntos de vista, consigue generar misterio, sobre todo porque al principio sabemos que algo pasa pero no lo tenemos del todo claro. Se aleja entonces del estilo de otros libros con narraciones de la amistad, como Cuatro amigos de David Trueba, para contarnos la vida desde una mirada muy sarcástica, con pinceladas de humor agrio, negro por momentos, alejado de lo políticamente correcto. La vida en estado puro, y sin añoranzas vacuas.
“Nos han obligado a creer que ser afortunado es tener dinero para patatas fritas”.
Leí Infelices con cautela, con miedo a defraudarme, aunque llegué al final con esa sensación propia de los libros que me cautivan, que son precisamente aquellos que me generan debates, contradicciones. Y es que en este caso, al terminarlo, volví a empezar para intentar hilar algunas cosas, para cerciorarme de otras tantas, y en esa segunda lectura me di cuenta de algo que quisiera destacar. Como se ha dicho, el libro cuenta una historia con varios puntos de vista y estilos, lo que supone todo un reto para el lector. De esas ópticas, quizás la que más me cautivó fue la del asesor político que pasa sus días redactando discursos para una consejera y que se debate continuamente alrededor del sentido de su trabajo, hasta que un día se cansa. El monólogo que dirige este personaje recuerda un poco al que Eduardo Blanco Amor esbozó en A Esmorga, una de las novelas gallegas más míticas en la que un hombre cuenta cómo llegó a la situación actual ante un juez, en un monólogo delirante que constituye todo el libro.
“De eso no te salva que ya te lo hayan roto en el pasado, el corazón tiene una extraordinaria capacidad para regenerarse y volver a romperse”.
No lo voy a negar. Este libro me ha gustado mucho, quizás porque consigue esbozar ideas que transitan a menudo por mi cabeza y que no consigo verbalizar. Y es que, como bien dice uno de los personajes, el miedo a las palabras es real. A veces tengo miedo a verbalizar las cosas, a nombrarlas. Supongo que muchos me entenderéis. Decir ‘cáncer’ o ‘muerte’ tiene un sentido, a veces, premonitorio en nuestras cabezas. Pero celebro los libros valientes, y este lo es.
Ficha técnica
Autor: Javier Peña López
Editorial: Blackie Books
Año de publicación: 2019
Número de páginas: 263
Yo, también, dejé pasar su lectura…Pero ahora fue el primer libro que pedí a Aenea, mi librería, para cuando abran…Después de leer tu comentario, lamento haber tardado tanto para llegar a él.
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Aiii Delia. Me siento muy afortunada porque tomes mi criterio tan en serio. Abrazo grande
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