El otro día compartía una infusión con Carmen Quinteiro, escritora y amiga, antes de la presentación de su último poemario, titulado maravillosamente como Bajo la lluvia no pesan las historias. En esa conversación le confesé que, aunque lleve ya unos cuantos años con este blog, a veces me embarga una sensación de pánico cuando quiero expresar lo mucho que simboliza para mí un libro o un autor/a y no soy capaz. Es como un querer y no poder. Viene a parecerse un poco al amor, cuando observas a una persona a la que amas infinitamente y no sabes cómo decírselo para que llegue a imaginar la realidad.
Carmen Quinteiro es luz, es una amiga, es poesía y es vida. La conocí con su primer libro Caleidoscopio, y me enamoré de ese título con una palabra por la que siento predilección desde que la descubrí cuando estudiaba bachillerato. Ella escribía ahí sobre el amor y el desamor, senda que continuó con Desde esta orilla, donde ya se avecinaba un compromiso social y humano que luce ya en todo su esplendor en el tercer poemario, Bajo la lluvia no pesan las historias. En él, la autora pontevedresa zanja una deuda pendiente, la de escribir sobre esa cruel experiencia que vivió hace años tras sufrir el aborto de la que iba ser su segunda hija. El poemario, pues, está escrito desde el dolor y en él se vislumbra una esperanza y un mirar hacia el futuro que solamente son posibles después de quitar esa losa que pesaba en la cabeza.
La autora recorre todas las sensaciones de los momentos posteriores al aborto para sumergirnos en la mente de una persona que acaba de pasar por este trauma y no encuentra consuelo posible. En este sentido, Carmen Quinteiro reconoce que este era el libro que ella habría querido leer por aquel tiempo, y que lo escribe para resarcir el dolor todavía presente y para ayudar a otras mujeres. Precisamente en este objetivo es donde se puede observar el compromiso que la escritora tiene con su tiempo y con la lucha feminista.
Este poemario resume a la perfección la idea que tanto se propaga hoy en día de que “lo personal es político”. Es precisamente a través de la expansión del sufrimiento y de las experiencias personales que se puede llegar a cambiar la sociedad y a que ciertos temas pasen de ser considerados tabús a la plena normalidad.
“Madre.
Sepulturera.
Me adjudico dos condenas
me rompo en dos culpas
y espero que llegue la lluvia”.
Para mí supone una inmensa alegría tener este libro entre mis manos, sobre todo porque fui partícipe del proceso de gestación. Todavía recuerdo aquel whatsapp y aquella nota de voz en la que Carmen me comentaba que me enviaba un poemario que había escrito en nueve días para presentar a un certamen literario. En ese audio, ella me confesaba que todos los versos habían sido escritos al dictado y que, aunque había llorado mucho, sentía que era su mejor poemario. Lo leí y sentí lo mismo, y fui capaz de ver cómo a veces se puede hablar del dolor sin mencionar las palabras que lo definen.
Recordé leyendo a Carmen algo que dijo la también escritora Espido Freire en una entrevista radiofónica a raíz de la publicación de su último libro, De la melancolía. Ella, que tuvo que enfrentarse a una depresión, decía que había sufrido mucho con la escritura de la novela, que el bálsamo lo había logrado después, con ella ya fuera de su mente. Esta sensación es un poco la de Carmen también, y la de muchas personas que conciben la literatura como un proceso necesario de curación del alma.
“La ausencia
Y la herida
Se parecen a nosotras”.
¡Y estas son todas las palabras que encuentro para expresar lo maravilloso que me ha parecido este poemario de mi querida amiga Carmen Quinteiro! Ya os dije que a veces se hace imposible traspasar la barrera de las emociones.
Ficha técnica
Título: Bajo la lluvia no pesan las historias
Autora: Carmen Quinteiro
Editorial: Señora de Provincias
Año de publicación: 2019
Número de páginas: 115
Buena invitación a leerlo
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