La hora violeta

A menudo pienso que las mejores historias se encuentran en el dolor, porque aunque este nos aprese, resulta maravilloso ver que la belleza siempre aflora. La hora violeta es un libro de auto ficción escrito por el periodista Sergio del Molino, en el que cuenta su experiencia tras la muerte de su hijo Pablo por una leucemia. Escrito desde la sinceridad, sus páginas están atravesadas por un dolor profundo, muchas veces inexplicable, otras tantas, esperanzador y otras muchas, brutal. Porque, dice del Molino, todos vemos morir a nuestros padres pero nadie está preparado para enterrar a un hijo.

“Este libro es un diccionario de una sola entrada, la búsqueda de una palabra que no existe en mi idioma: la que nombra a los padres que han visto morir a sus hijos”.

Precisamente de esa inexistencia para nombrar a los padres que pierden a sus hijos, es lo que los condena a vivir siempre en una hora violeta, en una tierra de nadie. De esa metáfora y de esa búsqueda sobre lo acontecido parte este libro tan personal, que no nos deja indiferentes. Aquí el autor hace una defensa del derecho de expresar el dolor, y huye de esas filosofías que llevan por bandera la felicidad a todos lados, como si la vida no tuviese esa parte triste que es necesario visibilizar. Aunque no estamos delante de un libro que defienda el poder de la literatura como curación, quizás porque la muerte de un hijo solamente te lleva a convivir con ella, y nunca a aceptarla del todo.

El autor zaragozano pone el foco también en la investigación periodística, y aprovecha para hablarnos del sistema sanitario y de la atención hacia los pacientes y familias en estos casos, de la despersonalización, de la humanidad presente en muchos profesionales de la salud… A través del ensamblaje entre las realidades interior y exterior, los lectores nos acercaremos un poquito a este dolor y a esta experiencia. Por esto me ha recordado mucho a El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, en el que esta habla de la muerte de su marido.

“Estamos en el laberinto del dolor, y eso quiere decir que estamos solos. El dolor asusta a los demás, damos miedo. La gente se aleja, no te entiende, esperan que lo superes, que vuelvas a ser el de antes. Pero no puedes, y tampoco sabes explicarlo”.

Ficha técnica

Título: La hora violeta