Las pequeñas revoluciones hacen la gran revolución. Así lo creen Fátima Fernández Baena y Juana Vázquez Torres, dos periodistas sevillanas que, después de mucho tiempo trabajando juntas en proyectos de igualdad y visibilidad de las mujeres, se embarcaron en la creación de un medio propio: La Giganta Digital.
Ellas dicen que “nuestra pequeña revolución la estamos haciendo bailando a nuestro propio ritmo y con la palabra por bandera”, y por eso en este casi año de vida, La Giganta ha publicado entrevistas, reportajes y artículos donde se le da voz a las mujeres, las grandes silenciadas por el patriarcado. Larga vida a este proyecto tan necesario e ilusionante.
Pregunta (P): ¿Cuándo es el momento en el que decidís crear La Giganta digital, un medio con mirada de género?
Ambas, Juana Vázquez Torres y Fátima Fernández Baena, somos periodistas y nos conocemos desde hace muchos años y siempre hemos conectado personal y profesionalmente. A lo largo de nuestra larga trayectoria periodística hemos tenido la ocasión de trabajar conjuntamente publicando reportajes “a cuatro manos” en la Revista Meridiam (Instituto Andaluz de la Mujer), una publicación de pensamiento feminista y carácter divulgativo del organismo adscrito a la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. En ese contexto tuvimos la ocasión de publicar, también individualmente, temas de actualidad que suscitaban debate reflexivo sobre la igualdad y entrevistar a grandes pensadoras y feministas del panorama nacional e internacional (Amelia Valcárcel, Victoria Camps, Rigoberta Menchú…).
Nuestra formación y divulgación con mirada de género siempre nos ha tenido vinculadas, hasta que, a finales de 2016, retomamos la idea de un proyecto conjunto que, humilde pero de manera independiente, estuviera en constante experimentación. En esa línea, consideramos que un medio de comunicación digital era el formato idóneo para recuperar el periodismo como servicio público tomando como referentes, sobre todo, las voces de mujeres –en plural y diverso–, pues consideramos que los escenarios y fuentes de las informaciones no se deben de reducir a los centros de poder.
Desde un sector, el nuestro, donde la precariedad prima, nosotras queríamos apostar por un periodismo veraz, cercano y honesto. Y así comienza a tomar forma La Giganta digital durante todo 2017, hasta nacer “oficialmente” el 5 de febrero de 2018.
(P): Cómo es vuestro día a día y qué noticias incluís en la agenda?
Desde La Giganta digital nos hemos querido desmarcar de la agenda setting, esto es, los temas que los mass media (subvencionados en su gran mayoría por la publicidad de empresas privadas y públicas) van marcando como los más importantes, descuidando otras noticias de la esfera pública de (quizá) mayor relevancia.
Contamos historias, periodísticas, claro, pero donde el protagonismo lo tienen las mujeres y el mundo que nos rodea. Mujeres anónimas y no tan anónimas de todos los ámbitos a las que hay que escuchar y cuyas luchas difundimos. Nos suelen llegar por contacto directo.
Por supuesto, también caben nombres conocidos, como la filósofa María José Guerra Palmero, la socióloga Rosa Cobo, la poetisa Rosa Berbel, ganadora de la XXI Edición del Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, la windsurfista internacional Blanca Manchón, la científica Adela Muñoz Páez, la artista Andrea Torres, las escritoras Nuria Capdevila o Sara Mesa, la crítica audiovisual Pilar Aguilar, la soprano Raquel Andueza, o la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Ángeles Carmona.
Como se puede observar, son voces plurales y diversas que no nos constriñen a una sola mirada, tratando de potenciar la visión de la mujer desde todos sus perfiles, no como víctimas, sino como mujeres empoderadas, autónomas y luchadoras, salidas de la ciencia, la política y del anonimato. También tienen cabida los temas de memoria histórica y bebés robados (ignorados por regla general en el resto de medios).
Algo que también nos caracteriza es nuestro proceso de trabajo donde, aún cuando la actualidad nos dota de temas –como a todos los medios–, apostamos por calidad en los contenidos y la atemporalidad. El proceso de toma de decisiones es asambleario, horizontal y consensuado.
(P): Hoy en día se suele decir que el futuro del periodismo pasa por la especialización tanto en temas como en lugares. Vuestro caso es así, puesto que os centráis mucho en Sevilla y en temas con tratamiento de género, ¿cómo veis el futuro? ¿Hacia dónde queréis avanzar?
Existe, efectivamente, un tipo de periodismo especializado que no necesariamente es el nuestro. A nosotras nos gusta decir que “somos periodistas que hacemos periodismo”. Este juego de palabras sirve, no obstante, de guía para esa obsesión actual por las “etiquetas” y por querer ser más “feministas” que nadie. Claro que somos feministas y está en nuestra declaración de intenciones, pero lo demostramos con nuestro trabajo y en nuestra práctica cotidiana. Somos dos periodistas sevillanas y, por ende andaluzas, que apuestan por un periodismo comprometido y, aunque operamos desde la capital hispalense, nuestra mirada es universal. Cuando comenzamos a gestar la idea teníamos muy claro que no podíamos abarcarlo todo (ni temática ni geográficamente) y tampoco era nuestra intención. Pero, poco a poco, La Giganta va consolidándose como marca y eso nos satisface mucho.
Además, el feedback que estamos recibiendo está siendo muy positivo y, muchos caballeros (fíjate), nos felicitan porque las historias que contamos están hechas desde la sensibilidad y profesionalidad que intencionadamente pretendemos que tengan nuestros contenidos. Porque feminismo también es contar historias cercanas sin juzgar ni buscar titulares que segreguen o redunden en cualquier estereotipo de género; o mantener una respuesta que no es la que esperabas pero que enriquece a quien escribe y a quien lee; o visualizar y dar voz a temas y personas que “no existen” porque no se les da tribuna (o no la suficiente) en ningún otro medio; o ponernos las “gafas violetas” en una manifestación o en un encuentro minoritario para poner el foco en lo que “no interesa” ver.
(P): Vuestro lema es “La palabra como arma de igualdad”. ¿De dónde sale esta idea que apunta directamente al periodismo comprometido?
Nos motiva un periodismo comprometido, situado, que apuesta por lo “pequeño” que, al final, termina siendo lo más grande. Nuestra siempre inspiradora Emma Goldman nos da pie a esa lucha comprometida que, sin embargo, no promueve el belicismo. Nos encontramos en un sector, el periodístico, muy precario, donde aun siendo más mujeres periodistas que hombres, seguimos teniendo los techos de cristal de casi todos los sectores. Nuestra pequeña revolución la estamos haciendo bailando a nuestro propio ritmo y con la palabra por bandera.
(P): En los tiempos que corren están surgiendo muchísimas propuestas culturales y periodísticas alrededor de la recuperación de la voz de la mujer. A nivel periodístico pienso por ejemplo en vosotras y en Pikara Magazine. ¿Creéis que son iniciativas que van a progresar en el futuro?
Está claro que Pikara Magazine es un referente en España y América Latina como punto de encuentro y divulgación de pensamiento libre y feminista. Nuestra Giganta ¡ojalá lo sea! [Risas]. Está claro que es el tiempo, la experiencia y la constancia lo que puede convertir una (buena) idea en un buen producto.
Matizando tu pregunta, más que una recuperación de la voz de la mujer, es una visualización de la propia mujer que –oh sorpresa– tiene voz. Pensamos que estas iniciativas en un futuro no deberían llamar tanto la atención. Cuando surgen estos medios es porque, a nivel general, la mujer no está adecuadamente representada, ni cualitativa ni cuantitativamente, en los medios de comunicación. Con estas publicaciones que mencionas, la mujer se sabe empoderada y escribe libremente sobre su sexualidad, sus problemas reales, los temas que realmente les interesa; o hablan con voz propia como profesionales sin ser apabulladas por la sombra alargada del “especialista de turno” que, obviamente, será un hombre.
(P): Una de vuestras secciones estrella es la de relatos sobre la biografía de mujeres olvidadas o no tratadas como se merecían, cuyos textos hace Rafael Calero y las ilustraciones Andrea Gestal. ¿Qué queréis conseguir con esta propuesta?
Escribía el poeta Khalil Gibran que “el olvido es una forma de libertad”. Por bello que sea este verso, nosotras consideramos que el olvido es una forma de acallar y enmudecer a los y las que ya no están o no tienen recursos o altavoces para llevar lejos su mensaje.
Nuestro proyecto, siempre abierto a colaboraciones, ha sido del gusto del escritor, poeta (y amigo) Rafael Calero Palma, muy comprometido con una escritura de la memoria. Tras una primera colaboración donde contó la historia de las Vulpes, un grupo español de punk rock femenino de Bilbao, tuvo tal éxito que generosamente nos ofreció su colaboración semanal. Y ahí contamos también con otra colaboradora fundamental para nosotras, Andrea Gestal González (@hemistiquios) que, desde A Coruña, salpica estas páginas de pura creatividad y color. Emily Brontë, Berta Piñán, Gloria Fuertes, Federica Montseny son algunas de la larga lista de mujeres que han sido rescatadas de ese olvido de la mano de Rafael Calero y Andrea Gestal. Es una entrada semanal (sale los viernes) esperada por quien nos sigue. Y está gustando mucho. Y nuestra pretensión de rescatar del olvido con la palabra, conseguida.
(P): En este tiempo que lleváis como medio, os ha tocado abordar hechos tan importantes como la huelga feminista del 8 de marzo. ¿Qué valoración hacéis de ella y de su impacto social?
Creemos que fue toda una revolución social. En Sevilla (y en toda España obviamente) se vivió con mucha intensidad. Este 8M ha supuesto un antes y un después en la historia del feminismo. Ahora, y eso se percibe en la calle, en las aulas universitarias y en otros ámbitos más o menos intelectuales, se comienza a considerar el feminismo como un concepto positivo y no peyorativo donde se asemeja al machismo (remitimos a la RAE para saber las enormes diferencias).
Rescatamos el siguiente texto de Inés Aguilar Gómez donde explica magistralmente por qué el feminismo es necesario:
“Ayer le decía a un amigo: imagina que te despiertas en un mundo en el que todos los presidentes de todos los países son mujeres (bueno, hay dos o tres en los que preside un hombre), los líderes de la oposición son mujeres, todos los presidentes de las compañías más importantes son mujeres, pones la tele y mujeres maduras dan la información seria acompañadas de vez en cuando de un hombre joven y guapo vestido con un top cortito enseñando los abdominales. Las películas las protagonizan mujeres que suelen ser heroínas, jefas, protagonistas de mil aventuras, los hombres salen pero como padres o amantes de estas mujeres y hablan poco, lo que dicen no afecta a la aventura. Los dibujos animados en general los protagonizan niñas. La gente se refiere al género humano como ‘la mujer’. Todos los símbolos y dibujos genéricos de personas son con falda y pelo largo. Los libros que te recomiendan leer en el colegio están escritos por mujeres. Los premios Nobel los reciben mayoritariamente mujeres. Cuando vas a pedir trabajo te preguntan si tendrás hijos… Ves a compañeros despedidos o relegados a peores trabajos por ser padres. Por la noche, cuando caminas solo, grupos de mujeres te llaman guapo mientras ríen a gritos y también te dicen otros piropos más desagradables. Tu jefa te llama cielo, chato… Ves en las noticias que todos los días violan a varios hombres, que muchos hombres son acosados por sus jefas, y que varias veces al mes, alguna mujer mata a su marido. Entonces un grupo de hombres os organizáis, os manifestáis pacíficamente pidiendo igualdad, que todo cambie, que no haya esa asimetría, y las mujeres te contestan que ya hay igualdad, que estás exagerando, que eres un radical, que ya podéis votar, trabajar, que somos iguales, que este año el éxito de taquilla lo protagonizaba un hombre. Que estás agobiando con tanta reivindicación y que pareces un nazi con tu intransigencia”.
Todavía hace falta muchos 8M. Y nosotras estaremos para contarlo.
(P): ¿Cuál es el ‘manual’ que tenéis en cuenta a la hora de hacer el tratamiento informativo?
Evidentemente la ética y, después de más de dos décadas de experiencia, saber las herramientas del periodismo. Mientras que en otros medios la noticia es el género periodístico por excelencia, en La Giganta digital le damos más cabida a la entrevista y al reportaje porque nos permiten desarrollar los temas con toda la exhaustividad (y toque personal) que se requiera.
(P): ¿No creéis que esto choca con la idea de que en Internet todo es efímero?
Nos gusta pensar que nuestros lectores y lectoras son personas responsables que leen lo que quieren y cuando quieren. Está claro que una de las características de los medios de comunicación es la de entretener. Eso no está reñido, por ejemplo, con una entrevista larga donde no se capa ningún argumento del o la entrevistada.
(P): ¿Cómo gestionáis la colaboración con vuestro medio?
Tenemos la enorme suerte de contar con grandes colaboradores y colaboradoras que, desde el principio, nos han apoyado. Dado que sabemos muy bien lo que es la precariedad nuestra relación está basada en la honestidad y voluntariedad. Estamos comenzando y, nuestro reto, lógicamente es además de que nuestro mensaje llegue lo más lejos posible, generar empleo y pagar las colaboraciones como es debido.
(P): ¿Y las vías de financiación?
Estamos comenzando y este apartado todavía no está muy desarrollado. Sí podemos adelantar que nuestra pretensión, además de la revista digital, es crear una editorial y otros productos que, alrededor de La Giganta, consoliden la marca y el mensaje.
(P): ¿Nos recomiendas libros o películas feministas que te hayan marcado?
Nos saldría una lista muy larga y ecléctica. Todos los de Emma Goldman. El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Mujer, raza y clase de Angela Davis. Y Las olvidadas, de Ángeles Caso, donde se da nombre y se cuenta la vida de esas mujeres creadoras a lo largo de la historia que no salen en los libros de texto.
En películas, lo mismo: Magnolias de acero, Yentl, Thelma y Louise, Mujercitas (también el libro), El Piano, Las horas, Aliens…
(P): ¿Qué temas os gustaría abordar en un futuro inmediato?
Cualquier tema es susceptible de ser tratado. No nos cerramos a nada y aseguramos sorpresas de futuras ‘Gigantas’ que nos visitarán.
Bio Fátima Fernández
«Mi infancia y adolescencia transcurrió entre libros, cuentos (reales y de ficción) y la música. Tengo estudios musicales y toca la flauta barroca. Y, aunque el periodismo o la música quizá era la profesión más lógica para mí, comencé a estudiar derecho. Pero el periodismo me llamó y llevo escribiendo en prensa escrita casi 20 años. Sigo firmando en Grupo Joly (Diario de Sevilla, Huelva Información, El día de Córdoba, Málaga Hoy, Diario de Cádiz, Diario de Jerez, Europa Sur, Granada Hoy y Almería Actualidad), después de 14 años, y guardo un grato recuerdo de mi colaboración en la revista de pensamiento feminista Meridiam, del Instituto Andaluz de la Mujer, sin olvidar numerosas colaboraciones en otras cabeceras de naturaleza, turismo, viajes, agroeconomía, etc. He viajado por toda Europa escribiendo sobre coches y colaboro con la investigadora Miriam Bastidas (Instituto Internacional Bakum) en publicaciones sociales y feministas. He sido correctora de textos y mecanógrafa de tesis y tesinas (y la obra de un señor de 80 años que quiso escribir sus memorias…). He trabajado en gabinetes de comunicación y coqueteado con la radio y lo digital, pero lo que más me gusta es la prensa escrita. Amo mi profesión, aunque a veces desde la precariedad nos quiten (o intenten quitarnos) la dignidad. Pero, sin duda, el periodismo y escribir forma parte de mi vida, al igual que esta Giganta que tantas satisfacciones nos está trayendo. Agradezco lo que tengo y miro al
futuro con la ambición de lo que soy».Bio Juana Vázquez
«Siempre quise ser periodista. A pesar de que una de las primeras verdades que nos dijeron en la Facultad fue que no íbamos a ser estrellas que salían en la tele. Ni falta que hacía. Mis aspiraciones eran, siguen siendo, más terrenales. Menos las alturas, he tocado casi todos los palos en la profesión. He sido becaria en Onda Cero Radio y colaboradora en El Correo de Andalucía, donde me publicaron por primera vez. Redactora de informes. Directora del periódico de promoción social El Colectivo. Redactora colaboradora (esa palabra que a veces enmascara la precariedad de esta profesión) en el grupo Joly y la revista Meridiam, donde coincidí con mi colega Fátima Fernández Baena. He trabajado en Canal Sur Radio y TV más de un lustro y también en la educación pública, como profesora de Imagen y Sonido, adonde he ido a parar otra vez. En la actualidad compagino la docencia con el proyecto de La Giganta Digital. También formo parte de la emisora comunitaria de Sevilla, Radiópolis y estoy implicada con otros proyectos sindicales, sociales y autogestionados. En la recámara, la pasión por la lectura, el cine, la escritura, el arte».
Agradable la política periodística del sitio La Giganta Digital y la entrevista permite revelar ese detalle y actuales tendencias del periodismo frente a la cantidad de medios generalistas dedicados a la reproducción de “noticias” que ya están en las redes. No se si al trabajo que realizan Fátima Fernández y Juana Vázquez se le puede llamar periodismo de nicho. En todo caso me ha dado gusto y muy buenas lecciones haber llegado hasta este sitio y entrevista. Atte: @Zavala_Ra.
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