Amélie Nothomb nació en Kobe (Japón) en 1967, y pasó su infancia entre China y Japón, etapa de la cual quedó fuertemente marcada y que sirve de inspiración para su obra literaria. Amélie es una mujer un tanto estrambótica, si este es el adjetivo más idóneo para decir a día de hoy que no transita por las redes sociales y que escribe tres o cuatro historias al año, aunque no las publica todas. Le encanta comer, el champán y la música clásica, gustos que proceden de su abolengo, pues la autora proviene de una antigua familia de Bruselas.
Quizás por todo su excentricismo, y también por la combinación entre tradición y actualidad, es por lo que se ha convertido en una de las autoras en lengua francesa más populares y con mayor proyección internacional. Pues bien, por fin he decidido leer su más reciente novela traducida al castellano y titulada El crimen del conde Neville. Bajo este título, los lectores más sagaces reconocerán ya un claro y evidente homenaje a Óscar Wilde y su reconocida novela El crimen de Lord Arthur Saville. Y las casualidades no se quedan ahí.
Este guiño a Wilde se convierte en el principal acierto de esta pequeña novelita, ideal para leer en una terraza o a ratos muertos, dada su escasa dimensión. Aun así, la calidad de lo que cuenta es enorme, con reflexiones muy interesantes alrededor del destino, la educación, la nobleza y las apariencias, el sentido de la adolescencia, la música y, por supuesto, el crimen.
La historia parte de un hecho más o menos banal, una vidente le anuncia al conde Neville que el día de la recepción en su casa va a matar a un invitado. A partir de ahí, y con unos diálogos delirantes con su hija menor Sérieuse, a la que esta vidente encuentra en un bosque tiritando de frío, la autora nos lleva a un mundo que creíamos desaparecido pero del que aún quedan resquicios: esa nobleza de apariencias y actos pomposos.
“- Por lo menos dime una cosa. ¿Soy un mal padre?
-Eres un buen padre, no te preocupes. A tu pesar, me has inculcado desde la infancia un arte que me ha perjudicado. Recientemente, he leído a Proust. Habla de lo que él llama el “donjuanismo de la aristocracia”. Es una buena manera de expresarlo.
-Yo no tengo nada de don Juan.
-No es eso lo que significa. Eres así como todo el mundo: seduces. Es algo muy bonito, no buscas obtener nada a cambio: seduces por el simple placer de dar al otro la impresión de que se merece tantos esfuerzos. Tu manera de seducir es una forma de generosidad”.
La novela tiene, pues, un aire aristocrático, aunque se asemeja mucho a un cuento de hadas, pues sus parajes misteriosos y el castillo le otorgan un sentido barroco. Pero, aunque pudiésemos pensar que es una historia anticuada, nada más lejos de la realidad. Y es que esta novela me ha parecido una forma de reflexionar alrededor de las personas que un día lo tienen todo y al siguiente pueden quedarse en la calle. ¿Os suena?
No podemos olvidar el humor absurdo y surrealista, los diálogos delirantes y ese ambiente misterioso, oscuro, que recuerda a los cuentos que nos han narrado en la infancia.
Ficha técnica
Título: El crimen del conde Neville
Autora: Amélie Nothomb
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2017
Número de páginas: 113
Empecé a leer una novelita de esta autora cuando estaba estudiando francés, pero lamentablemente no pude seguir porque estaba hasta arriba de trabajo y leer en francés me llevaba muchísimo tiempo. De todas formas, me gustaría darle una oportunidad a esta autora de la que solo he leído maravillas. Pero eso sí, lo haría en español. Un saludo!
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La verdad es que yo solamente he leído esta novela y me ha dejado buen sabor de boca. Te animo a conocerla!
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