La otra piedad

¡Qué bonitos son los caminos de la lectura! La verdad es que a menudo me debato alrededor de lo que sería mi vida si no tuviese la literatura, y llego a la conclusión de que le faltaría su esencia. Y es que las letras, las novelas, y los cuentos son una extensión de nosotros mismos, y me resulta muy extraño que haya personas que renuncien a la reflexión y la sabiduría que se esconde en los libros.

La reflexión y el cuidado por el estilo son las dos características fundamentales de todas las historias que quieran llegar hondo al lector. Y aunque la novela sea el género predilecto para transmitir estas ideas, lo cierto es que el cuento no le queda atrás. Más bien puede acelerar nuestras sensaciones y transmitir mucho más en poco espacio. Es lo que hace la argentina Laura Massolo en los cuentos incluidos en La otra piedad, una suerte de historias en las que se indaga sobre muchos aspectos del ser humano, pero más en concreto, sobre lo que supone ser mujer en sus diferentes perspectivas. No es un libro para mujeres, sino sobre mujeres, y la verdad es que hacía falta letras así, revolucionarias, sin pelos en la lengua y alejado de lo políticamente correcto.

Me comentaba estos días una escritora que en la actualidad se ha creado la tendencia, y parece que la obligación, de que los escritores sean políticamente correctos, que oculten lo que hace daño a la sociedad y que creen historias para corregirla. Pues Laura Massolo es todo lo contrario. Premio Radio Francia Internacional Juan Rulfo, Premio de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires, Premio Internacional Miguel de Unamuno, esta cuentista crea historias que transmiten lo que es ser mujer, sobre todo en una sociedad en la que sigue imperando esas creencias de “sexo débil”, “ser mamá” etc.

“¿Qué te agredo? Sí, puede ser. Para que sepas, nunca te perdoné que te murieras. Es más; creo que te odié, por mucho que haya llorado. Creo que te odio”.

El odio por la muerte repentina de un ser querido es una de las sensaciones que más me sorprendieron, porque siempre lo he sentido y nunca supe transmitirlo de esa forma tan real y descarnada a la vez.

La voz de diversas mujeres habla a través de estos veintiocho relatos: mujeres que quieren ser madres, mujeres que desean abortar, aquellas otras que se debaten entre la familia y lo que debiera ser, las que luchan y las que resisten, las que lloran y las que se resignan… y sobre todo las que gritan. Porque está claro que aquí se escuchan los gritos de las mujeres que nunca han podido ser protagonistas de la historia y que gritan para serlo ahora. Los que se adentren en estos cuentos, tanto hombres como mujeres, verán cómo la intensidad y el estilo se ponen de acuerdo para crear música con las palabras.

“Me dijo, en secreto, que las palabras tienen una música, y que aquellos que no puedan recorrerla con los ojos ni dibujarlas con la mano al menos deberían tener una ocasión de aprenderlas”.

Y junto a ese amor por los sentimientos callados de las mujeres, no pasa desapercibida la defensa de la palabra y de la lectura, tratadas ambas en “Sobre las páginas”, en el cual una monja se empeña en aprender a leer a una prostituta. Y acaso, ¿quién no puede cambiar el mundo leyendo esta delicia?

Ficha técnica

Título: La otra piedad