Solos en la cumbre

Estas Navidades he aprovechado una oferta de Ediciones Irreverentes que incluía tres obras de teatro de Olga Mínguez Pastor, además de un paquete de té de frutos rojos y una taza de la editorial. Y la verdad es que fue todo un descubrimiento leer a esta autora alicantina, que escribe teatro con una clara vocación social.

Y es que en todas sus obras encontramos a personajes que se preguntan cosas, que reflexionan alrededor de un tema que está presente en sus vidas, que conversan con los lectores para alertarlos de una situación de la que, en parte, todos somos protagonistas. Solos en la cumbre es una obra sobre la soledad que empaña nuestro mundo y más concretamente ciertos sectores como el fútbol.

Solos en la cumbre parte de una situación insólita, increíble, del intento de suicidio del capitán del Real Madrid, Luis Quiroga, quien roba una pistola y se encierra en un baño dispuesto a acabar con su vida. Con el objetivo de intentar que desista de esta locura, su amigo íntimo y capitán del Atlético de Madrid, conversa con él para hacerlo entrar en razón. De aquí nace un diálogo desgarrador, donde los dos protagonistas describen la homofobia en el fútbol, de un mundo de apariencias en el que se ven condenados a fingir ser otras personas.

Los dos amigos, que son más que eso, nos sumergen de lleno en una reflexión sobre el mundo de la fama y la soledad que esta trae consigo en la mayor parte de las veces. Una soledad desgarradora, que nos lleva a límites insospechados en los que el dolor hace acto de presencia.

Olga Mínguez es una autora comprometida y escribe sobre el fútbol, más bien sobre sus aristas y sobre el cinismo que en él se esconde. Por esto, es una historia que engancha a cualquier persona, no solo a las que les gusta este deporte, sino a las que tienen conciencia del mundo en el que viven.

Perfecta para una tarde libre, por su brevedad y por la potencia de un argumento que es, sin duda, muy original y necesario.

Ficha técnica

Título: Solos en la cumbre