
«No me da ningún miedo que me pisen. Cuando se pisa, la hierba se convierte en sendero»,unas palabras escritas por Saviano en su reciente libro CeroCeroCero (2014) y que alude a la soledad de los momentos que tuvo que pasar desde el mismo momento en el que decidió que el fango debía ser dado a conocer, que la Camorra italiana debía ser pisada con palabras y dándose a conocer sus realidades a todo aquel que quisiera saberlas. De ahí vienen su desasosiego, su tristeza momentánea cuando se le pasa por la cabeza que no todos los sacrificios consiguen objetivos. Y no duda en expresar esas sensaciones que le apresan el cuerpo, al tiempo que nos narra cómo funciona el entramado de la cocaína, el desarrollo de los cárteles mexicanos, la falta de humanidad de los dirigentes que viven de esto cuando la cocaína pone en peligro a otros tantos.
Nos envuelve dentro de este entramado, nos hace conscientes del poder que la cocaína (el petróleo blanco) tiene en la economía y en los mercados bancarios actuales, nos habla del blanqueo, de esas personas llamadas «mulas» que transportan bolsitas de cocaína en su organismo aún a riesgo de que una explote y corran el peligro de morir por una sobredosis. Nos habla de todo lo malo de este mundo que hace ricos a unos pocos y condena al resto, como lo había hecho en Gomorra al desenmascarar a la mafia italiana.

Pero no olvida a los luchadores, a todas esas personas que, saliendo bien o mal, no dudaron en oponerse a este magno poder. Saviano los recuerda con cariño, con la convicción de que esos granos de arena deben llegar a superar al mar que simboliza la cocaína.
CeroCeroCero es un ejercicio brutal de buen y arriesgado periodismo, lo mismo que ya se había conseguido en Gomorra, pero con la paradoja de que aquí tenemos a un Saviano que nos habla más directamente:
«La coca es la respuesta exhaustiva a la necesidad más apremiante de la época actual: la falta de límites. Con la coca vivirás más. Te comunicarás más, primer mandamieno de la vida moderna. Cuanto más te comunicas más feliz eres, cuanto más te comunicas más disfrutas, cuanto más te comunicas más comercias en sentimientos…»
Y también un Saviano más íntimo, ese que cree en el poder salvador de las palabras, en su poder de cambio y en su capacidad para aliviar el alma y la soledad:
«Cuanto más trato de determinar de cerca el narcotráfico, rozando el agotamiento por la obsesión, más advierto que hay algo que se me escapa, o, mejor, algo que sigue superando mi imaginación. Saber, conocer, ya no basta. Hay que aferrar una dimensión más profunda, grabársela en cada órgano, metabolizar la masa de nociones hasta que se conviertan en percepción natural, en segunda vista».
Pero al final de todo lo que se cuenta en CeroCeroCero, también queda un aura de esperanza, una puerta abierta al poder que los lectores tienen sobre el mundo, ya que si conocen las causas y consecuencias de ciertos aspectos su toma de conciencia puede llegar a terminar con ello. Y también con la cocaína.
Él dedica varias páginas a agradecer todos los apoyos pero llama la atención ese agradecimiento que dedica a sus seguidores de Facebook y Twitter, «esas miles de presencias cotidianas que han ahuyentado la sensacion de soledad y me han hecho sentir en la calle aun sin estarlo». El amor por la verdad puede llevar a ciertos límites y a muchas renuncias. Saviano así lo simboliza.
Ficha técnica
Autor: Roberto Saviano
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2014
Número de páginas: 496