Traigo a colación la cita de la gran Matute que decía algo así como que «de los malos tiempos nace la buena literatura». Yo añadiría que la literatura puede tener altas dosis de violencia y ser buena, y maravillosa.

Decido empezar así mi crítica sobre La hija de sepultero (2008) de Joyce Carol Oates ya que la violencia resulta ser su tema principal. Partiendo de la historia de Rebecca Shwart, la hija del sepultero de Milburn, la novela avanza por todas las etapas de este personaje, al que describe muy pormenorizadamente y que va evolucionando según los hechos la aprietan. Rebecca Shwart, después Hazel jones, y más tarde Hazel Gallagher, lleva una existencia marcada por su condición de mujer («Rebecca llegó a entender que ser chica era como una herida»), que le lleva a padecer grandes sufrimientos. Desde el asesinato de su madre a manos de su padre y el posterior suicido de este, ella empezará a odiar a los hombres (una especie que representa al miedo), y más a raíz de su boda con Niles Tignor, un cincuentón que la maltrata, obligándola a huir. Y así, la novela se convierte en una huida constante hacia adelante, cambiando todo lo que sea preciso para no regresar ya que el pasado es sinónimo de sufrimiento (aunque tarde o temprano, lo vivido se nos manifieste).
Caracteriza a Oates una continua insistencia en plagar sus obras de temas sociales y, en este caso, estos son muchos: la violencia y, por extensión la violencia de género, la desigualdad entre sexos y ‘el problema de ser mujer’, la crítica de la falsa sensibilidad americana en temas como el nazismo o los campos de exterminio…
Después de vivir en Milburn, la protagonista pasa una etapa de su vida en el valle de Chautauqua Falls, y allí comenzará su huida por diversos espacios de Norteamérica. La soledad también marca el ritmo del libro y la ansiedad por ser capturada, subyaciendo asimismo la idea de que la violencia en la infancia amplía las posibilidades de ser maltratada en el futuro, y de ahí ese consejo de su padre que Rebecca no olvidará en su vida: «En la vida animal a los débiles se los elimina pronto».
La crítica dice de Joyce Carol Oates que combina a la perfección los espacios góticos y ambientes que rallan lo macabro con los temas de carácter social. Y todo ello con una forma de escribir sencilla pero con reflexiones profundas y citas que no se olvidan.
«Lo erótico existe solo en la memoria: recordado, reimaginado, revivido una y otra vez en un presente incesante».
Ficha técnica
Autora: Joyce Carol Oates
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2008
Número de páginas: 688
NOTA: Este libro es el primero que leo de Joyce Carol Oates, una autora que escogí para el Reto de Eternos Pendientes propuesto por el blog O meu Cartafol de libros. Espero poder seguir leyendo a los otros autores del reto y, por supuesto, continuar con alguno más de esta gran autora.