Un realismo llevado al extremo. La cruda y esperpéntica realidad. Eso distingue la narrativa de Camilo José Cela, y más en concreto, La familia de Pascual Duarte (1942). Era na novela social de los años treinta y cuarenta.
La culpa al final de la vida, de una muerte que se precipita. Esa es la temática de fondo de las novelas realistas y coetáneas a la de Cela, pudiendo establecer una conexión con A Esmorga (1959), del gallego Eduardo Blanco Amor. Ambas cuentan la historia en primera persona del reo acusado de unos hechos que se van agigantando como una bola de nieve.
Y no es que los hombres sean malos de la nada, sino que es el pasado el que moldea unos acontecimientos. Dicen que la educación influye en la forma de ser de las personas, y así es. Pero al mismo tiempo parece que el destino nos atrapa en una vorágine de hechos sobre los que no tenemos control.
“Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse”.
La incultura, la mala suerte, la violencia, la pobreza de unos seres condenados a un fracaso predeterminado. A raíz de esto, diría que esta obra del escritor gallego es tremendista, de correr sin parar, de Pascual Duarte y su familia. Una estirpe condenada al fracaso en la Extremadura rural ya que como el mismo narrador y protagonista dice: “Como Dios se conoce que no quiso que ninguno de nosotros nos distinguiésemos por las buenas inclinaciones”.
Las virtudes de La familia de Pascual Duarte son reseñables, pero me quedo con las amplias descripciones que nos remiten a lugares muy concretos y a personas que podemos ver nítidamente en nuestra mente. Y la concisión es también lo positivo en una historia dónde no falta ni sobra nada.
La densidad está en los hechos y no en la longitud. Un libro para reflexionar y encontrar un sentido a la existencia, al tiempo que entendemos la forma de pensar y actuar en unos años marcados por la pobreza, el hambre y la guerra.
Como siempre se dice, en tiempos difíciles se construyen magníficas obras, y es también en la locura dónde nace la mejor literatura. Ocurrencias.
Ficha técnica
Título: La familia de Pascual Duarte
Autor: Camilo José Cela
Editorial: Destino libro
Año de publicación: 1942
Número de páginas: 165