Me encanta esa sensación de dejarme conquistar por un libro que no tenía pensado adquirir pero que me llama desde las estanterías. Y supongo que destacar en este mundo inmerso de información, ya es algo que te predispone favorablemente, ¿no creéis? Aunque la mirada también importa. Desde hace unos años me intereso muchísimo por las literaturas latinoamericanas, y por eso cuando vi Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable) supe que tenía que comprarlo, porque con solo hojearlo descubrí sus textos sobre autores y autoras de los distintos países de Latinoamérica, acompañados de unas hermosas ilustraciones a cargo de Agustín Comotto.
Clara Obligado fue la encargada de llevar a cabo la edición de este libro coral, que nos propone un viaje a lo largo y ancho de Latinoamérica a través de sus voces literarias, de sus imprescindibles. Pero no es un viaje cualquiera, sino que unas voces van contando a otras, como una forma de rendir homenaje a los que nos influyen en la vida. Y así, las lectoras y lectores que nos acercamos a este libro vamos descubriendo los países a partir de sus historias, al tiempo que vemos que la literatura no tiene fronteras y que lo que nos cuentan desde Argentina o Colombia lo podemos comprender en España. Leer este libro supone, entonces, un ejercicio de comprensión mutua, un unirse a partir de la literatura.
Como nos cuenta Obligado en el prólogo: “Creo que fue Antonio Machado quien, en Juan de Mairena, dijo que, si la excepción hace la regla, la regla más perfecta es aquella en la que todas son excepciones. Así son estas páginas, pobladas de libros para descubrir, en las que la literatura fluye. En ellas el acto de leer y el de escribir se trenzan y se renuevan, las turbulentas corrientes de un cauce general se dispersan en afluentes y proponen lecturas múltiples que, más que consolidar una foto fija del pasado, se tensionan, se entrecruzan, anegan los mapas y cartografían un porvenir”.
Este atlas presenta a autores y autoras clásicos, pero también ofrece una panorámica de nuevas voces, de forma que actúa como un catalizador para impulsar otras lecturas a partir de las semblanzas propuestas. En este sentido, y como ya se ha comentado, no estamos delante de una genealogía al uso, sino que unas voces explican a otras. Por ejemplo, en Chile, Andrés Neuman cuenta a Roberto Bolaño, Julio Prieto a Gabriela Mistral, en Colombia, Héctor Abad Faciolince a Fernando Molano, o Javier Ignacio Alarcón a Marvel Moreno; en Cuba, Matilde Sánchez explica a Guillermo Cabrera Infante; en Guatemala, Rodrigo Fuentes a Luis de Lión; en Honduras, Ana María Shua a Augusto Monterroso; en Puerto Rico, Margarita Pintado a Julia de Burgos, y así por todos los países.
Una obra de arte que se lee con la savia que ofrece el conocimiento, y también con el deseo de saber más de autores y autoras que deberían formar parte de nuestra biografía personal y que, a pesar de eso, no nos han llegado con la fuerza que debieran. Y, de hecho, a muchos (sobre todo, muchas) los estamos conociendo por primera vez ahora.
Ficha técnica

Título: Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable)
Edición: Clara Obligado
Ilustraciones: Agustín Comotto
Fecha de publicación: 2022
Número de páginas: 222