“Esteban siguió acudiendo el primer jueves de cada mes al mercado. Bajaba para aprovisionarse de alimento y de ropa y, aparte de los frutos silvestres, que variaban según la estación, llevaba consigo pequeñas estatuillas de madera que él mismo tallaba. Esas figurillas representaban las cosas y las criaturas que conocía: aves esquivas, ardillas y lirones, peces nadando cautelosos aguas abajo. No existía otra realidad para él, y no se cansaba de mirar una y otra vez ese mundo del que formaba parte y en el que siempre obtenía mucho más de lo que necesitaba”.
La princesa manca es un cuento mítico de Gustavo Martín Garzo que acaba de publicar la editorial Kalandraka en una preciosa edición con ilustraciones de Mo Gutiérrez Serna. Lo que más llama la atención son las descripciones de un mundo de naturaleza, de fauna y flora en libertad. A través de ellas, el autor vallisoletano, especialista en psicología, nos cautiva con la magia de los cuentos universales, esos que proceden de las noches al lado de la lumbre y que han emocionado a tantas personas desde el principio de los tiempos hasta hoy. La princesa manca evoca, con pasajes repletos de fantasía y libertad, el mundo real y su dolor, aunque también se nos habla de la esperanza y de los sueños que todos tenemos.
Las ilustraciones de Mo Gutiérrez, con un protagonismo especial de los tonos azules, nos aportan tranquilidad y nos devuelven el pensamiento sosegado y la reflexión calmada sobre el mundo que habitamos. Una vez que nos despojamos de las prisas y abrimos la imaginación, descubrimos un gran mundo por delante: ese imaginario que recuerda a Las mil y unas noches o, salvando las distancias, los cuentos de los hermanos Grimm. Y es que Martín Garzo es capaz de contar una historia muy actual con personajes y ambientes que recuerdan un tiempo ya pasado, ofreciéndonos la posibilidad de conocer lo anterior. Destacable es, pues, el tratamiento que hace de los espacios rurales y de la naturaleza, de los que habla con dignidad y huyendo de descripciones manidas.
Y, como ocurre como muchas de las historias inolvidables, este cuento (que son en realidad muchos otros), se puede aprovechar para que el público más pequeño reflexione sobre la igualdad entre mujeres y hombres, y para que crean en el poder revolucionario de los sueños vitales. En definitiva, una lectura con múltiples lecturas, que se debe leer con calma y que promueve la conversación activa.
“¿Quién decía que no sucedían milagros en este mundo? La belleza era un milagro, porque nos ayudaba a superar el abismo entre el ideal y las cosas reales, aunque no siempre hubiera ojos dispuestos a reconocerla”.
Ficha técnica
Autor: Gustavo Martín Garzo
Ilustraciones: Mo Gutiérrez Serna
Editorial: Kalandraka
Año de publicación: 2020
Número de páginas: 152