Alude Eulàlia Busquets i Lluch en la introducción para Savage Coast a una pregunta que nos haría Muriel Rukeyser: “¿qué sucedería si una mujer explicara la verdad sobre su vida? El mundo se partiría y se abriría como una fruta madura”. Quizás por este miedo de la sociedad patriarcal tanto tiempo imperante es por lo que esta obra ha permanecido inédita hasta hace poco cuando la editorial Rata, en la traducción de Milo J. Krmpotic, nos la trajo al español.
Savage Coast bien merecería estar al lado de testimonios tan loados sobre la Guerra Civil española como los de Ernest Hemingway, pues en él la autora recoge sus vivencias de esos cinco primeros días de julio de 1936 cuando estalla el golpe de estado y en Barcelona todavía no saben lo que significará en el devenir de la historia de nuestro país. A través de la voz de Helen, la protagonista de esta novela intensísima, la autora y crítica estadounidense nos narra la crónica de cinco días en la Barcelona de ese año, cuando ella viaja desde su país para cubrir la Olimpiada Popular cuando solamente tenía veintitrés años. Desde el viaje en tren, en el que ella observa todo el paisaje que la rodea, Helen es testigo de esa respuesta social al movimiento fascista y conoce de primera mano las reacciones desde diversos sectores y partidos políticos.
Madre soltera y feminista, Muriel Rukeyser mantuvo durante toda su vida un activo compromiso social y político, y defendió la subversión del binarismo de género, no solo como bisexual, sino también como lesbiana, aunque siempre protegió su intimidad personal. En 1964, la autora comenzó a ser conocida por su feminismo manifiesto y por la oposición a la intervención estadounidense en la guerra del Vietnam, pues como ella misma decía en alguna ocasión, no hay vida sin compromiso, ni poesía que no sea comprometida. Sus poemas fueron musicados y la crítica literaria feminista la considera un referente imprescindible y único. De hecho, la gran Anne Sexton la llamó “la madre de cada una de nosotras”.
A pesar de ello, esta novela fue injustamente condenada al olvido, ya que su editor, Pascal Covici – Fiede, la rechazó en 1937 por considerarla “mala”, “una pérdida de tiempo y con una protagonista demasiado aberrante para que la respetemos”, calificativos lanzados quizá porque no se llegó a entender del todo en la época ese estilo ciertamente vanguardista, con el ensamblaje perfecto entre el documental, la abstracción e incluso la poesía. A través de él consigue transmitir todo el drama y la profundidad psicológica de las novelas realistas. Como recuerda Rowena Kennedy – Epstein, en la introducción a la edición americana, “la Guerra Civil española representó un modelo importante para la visibilidad de la mujer en la vida pública y política” y “numerosas fueron las mujeres que participaron en la guerra, que escribieron sobre ella y que la documentaron para producir un corpus realmente significativo: Mercè Rodoreda, Simone De Beauvoir, Simone Weil, María Teresa León, Rose Macaulay, Dorothy Parker, Josephine Herst…”. El libro de Muriel Rukeyser vendría, pues, a complementar los relatos de esos primeros días de la guerra, y de cómo la sociedad civil se mostraba entre confundida y aterrada por lo que se venía.
Savage Coast simboliza, una vez más, que lo público se construye de las experiencias más privadas y más personales, y que el despertar político de las personas coincide muchas veces con su propio descubrimiento sexual (la protagonista se enamora de un atleta alemán que luego se alista en las Brigadas Internacionales). Entre la política y la parte más sentimental del ser humano se sitúa este testimonio que combina la crudeza de esos días con la sensibilidad y la inocencia de algunos parajes.
“A medida que el rostro de él se ensanchaba al acercarse, las palabras sonaron potentes y serenas, triunfales.
Ella cerró los ojos. No le importó oír un pesado golpe de bota contra el escalón del tren. Sintiéndose segura, reconoció el paso de la Guardia Civil”.
Estas ideas están muy presentes en las casi cuatrocientas páginas de este libro, donde también encontramos una firme defensa de la fuerza de la literatura. Y de hecho, no por casualidad, la protagonista lee a Lawrence durante todo el viaje y recuerda una cita de él, que dice:
“El libro, para generar una ecuación,
Para obtener una respuesta”.
Ficha técnica
Autora: Muriel Rukeyser
Traductor: Milo J. Krmpotic
Editorial: Rata Books
Año de publicación: 2019
Número de páginas: 400
Interesantísimo este libro. No lo conocía, así que tomo buena nota.
Besotes!!!
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