Magia y literatura

Hace ya más de una semana que tuve el placer de presentar el último libro de Edgar Borges, La niña del salto, en A Coruña. Fue un viernes, 23 de marzo, y allí se produjo magia. Y es que la literatura y las estrellas se unieron para crear una velada estupenda, bañada de la lluvia que tanto caracteriza a Galicia.

Desde que me embarqué en esta aventura que día a día es Lecturafilia, mi mayor reto ha sido sin duda hablar de una novela tan apasionante, tan maravillosa, y con un comienzo que claramente recuerda a García Márquez. Estaba nerviosa, sí, y la verdad es que desde que cogí ese autobús que me había de llevar a la ciudad herculina, me embargaba una sensación de nerviosismo, de mariposas en el estómago, mezcladas con la ilusión primeriza, similar a cuando eres pequeña y viajas a un lugar desconocido.

Al mediodía, nada más llegar, me dejé llevar por el ambiente de una ciudad que siempre me conquista con sus tapas y sus cervezas a deshoras. Y, por supuesto, un lugar donde siempre me esperan mis amigas. Así, haciendo tiempo, bebiendo y charlando, me dieron las cinco, hora en la que quedé con Edgar, para pasar las dos horas siguientes en una cafetería próxima a la FNAC (donde era la presentación) hablando de literatura. Ahí se produjo magia, porque nuestras preferencias literarias, se mezclaron con debates varios y por la conversación se fue colando el ambiente de Santolaya y esa niña del salto de su última novela.

Dos horas hablando de libros equivale a sentir paz y seguridad, y los nervios que venían mascando en el autobús se convirtieron rápidamente en orgullo, porque estaba segura, ahora sí, de que sería capaz de ponerme delante de un micrófono y reflexionar sobre literatura como nunca antes lo había hecho. Así dialogamos Edgar y yo, sobre Santolaya, la niña y Antonia, sobre el poder de la lectura y del arte para cambiar cosas, y sobre la magia de las palabras.

Esta magia me la ha dado Lecturafilia y todas esas personas que he ido conociendo por este sinuoso camino. ¡Ojalá nos acompañemos mucho tiempo!