Desde la primera página se produce una conexión especial con los libros. Si en ese acercamiento al comienzo de una novela el lector se siente conquistado, lo cierto es que ya nada será igual, estás predestinado a verte cambiado.
Acabo el mes de mayo leyendo Flor de mayo, una novela escrita por Vicente Blasco Ibáñez en el marco de su ciclo costumbrista al que también pertenecen Cañas y barro, Arroz y tartana y La barraca.
En Flor de Mayo destaca ese primer párrafo, porque fue capaz de meterme de lleno en un espacio que identifico a la perfección: el de los pescadores y la venta de pescado.
“Al amanecer cesó la lluvia. Los faroles de gas reflejaban sus inquietas luces en los charcos del adoquinado, rojos como regueros de sangre, y la accidentada línea de tejados comenzaba a dibujarse sobre el fondo ceniciento del espacio.
Eran las cinco. Los vigilantes nocturnos descolgaban sus linternas de las esquinas, y golpeando con fuerza los entumecidos pies se alejaban después de saludar con perezoso bon día! a las parejas de agentes encapuchados que aguardaban el relevo de las siete”.
A partir de este comienzo, el escritor valenciano nos mete de lleno en el ambiente de dureza y supervivencia que padecieron las personas que tuvieron, y tienen, el mar como elemento para vivir. En toda su novelística, y nombradamente en esta, Blasco Ibáñez manifestó sus ideales revolucionarios y muy pegados a la ideología socialista. Ello lo llevó a escribir sobre los más desfavorecidos, sobre sus penurias y la lucha de los héroes anónimos, desde el costumbrismo y muy influido por el naturalismo francés de Émile Zola.
Aunque es una novela en la que se trata la dureza de las gentes dependientes del mar, se otorga un papel esencial a las mujeres tanto de forma positiva como negativa. Por una parte, se loa la lucha y la valentía que acompaña a todas las féminas del mar. Y por otra, y teniendo en cuenta que a novela fue publicada en el siglo XIX, se habla de ellas como de objetos sexuales y de satisfacción para los hombres.
Flor de mayo es un título muy sugerente, que parte del nombre que dan al tabaco que se fabrica en Gibraltar, y también es el nombre que da a su barco uno de los personajes. Al margen de sus anécdotas, se trata de una novela muy completa, en la que se mantiene la tensión al tiempo que se narra la vida del Cabañal, un pequeño pueblo marítimo que abastece de pescado a Valencia. En ella coge el adulterio, la envidia, el afán de superación, el contrabando de tabaco, las desigualdades sociales etc. Y, está claro, Vicente Blasco Ibáñez no es un escritor políticamente correcto.
“Como buen hijo de la costa, recordando las hazañas de sus mayores, consideraba el contrabando como la profesión más natural y honrada para un hombre aburrido de la pesca”.
Ficha técnica
Autor: Vicente Blasco Ibáñez
Editorial: Cátedra
Año de publicación: 1895
Año de edición: 2011
Número de páginas: 248
Este libro del autor no lo conocía. Me lo llevo bien apuntado.
Besotes!!
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