A veces se producen bonitas casualidades. Quisiera comenzar este artículo contándoos la última que me ocurrió a mí. Los pasados cinco y seis de mayo se celebró en la ciudad de Pontevedra la segunda edición el FORO ACE (Arte, Cultura y Educación) en el cual diversos ponentes hablaron de otra forma de educar en la escuela. Con otra forma de educar me refiero a ver el aprendizaje como un juego con propuestas que fomenten más el propio conocimiento y no tanto la producción en masa, con fichas sin sentido y en las que no se fomenta la capacidad crítica del alumnado.
Por esos días disfrutaba también de la nueva novela de Lea Vélez, titulada Nuestra casa en el árbol, que no deja de estar íntimamente relacionada con lo que se debatía en el foro. Y es que ella nos habla, a través de la protagonista Ana, de su propia experiencia como madre de tres niños inquietos y a los que la escuela les sabe a poco, no los satisface.
La verdad es que ese fin de semana fue una casualidad de lo más productiva. Tanto a través del foro como con el libro de Lea Vélez, fui tomando conciencia del cambio tan necesario que debería experimentar la educación, en la que aún siguen imperando los métodos tradicionales y que en la mayoría de los casos no apuesta por el incremento de la creatividad en los más jóvenes.
Los que seguimos a Lea Vélez en Facebook sabemos que día a día va escribiendo las experiencias con sus niños en la escuela y en otros ámbitos. Por eso, cuando leo Nuestra casa en el árbol es imposible no ver a sus dos hijos, aunque aquí la madre protagonista se llama Ana y su voz se alterna con la de uno de sus hijos ya mayor. El resultado es una novela maravillosa, en la que la casa en el árbol se erige como una metáfora de la construcción personal, además de la lucha por la libertad.
“La memoria no es lineal cuando se relatan veinte años en pocas páginas. La memoria es una red por la que se escapan muchas cosas pequeñas. Quedan otras, las grandes, las importantes, a veces maltrechas y desordenadas. La memoria es una red con forma de mapa. Un plano mental. El paisaje interior. Una mezcla de aromas, colores y música. La memoria es el jardín de las delicias”.
Es una propuesta que debería ser de obligada lectura en las escuelas y en esos sectores que siguen defendiendo una educación basada en la autoridad y en la repetición sinsentido. Además de las referencias que existen al mundo educativo, hay que destacar las múltiples anécdotas que nacen de la incesante curiosidad infantil y que nos harán sonreír continuamente. Y es que, en la huida al bucólico pueblo de Hamble-le-Rice, la madre se va dando cuenta de que a los niños hay que permitirle ser niños y encontrar su lugar en el mundo.
“Creo que la idea de construir una casa en el árbol fue un tipo de terapia ocupacional para soportar todo aquello”.
¡Qué magia transpirar novelas así! Novelas en las que se defiende a ultranza la libertad y la independencia, las personas con ideales propios y capacidad crítica, y con un lugar muy importante para la imaginación. Brava Lea Vélez de nuevo, por ser capaz de plasmar tan bien lo que debería ser nuestra guía de principios.
Ficha técnica
Título: Nuestra casa en el árbol
Autora: Lea Vélez
Editorial: Destino
Año de publicación: 2017
Número de páginas: 394
Totalmente convencida me voy. Lo tengo que leer sí o sí.
Besotes!!!
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