
Quien quiera profundizar en la situación de la mujer en la posguerra española, los libros de Carmen Martín Gaite son un buen manual. Su primera novela Entre visillos, con la que se hizo con el Premio Nadal el el año 1957, se presenta como un testimonio realista, y descarnado por momentos, sobre lo que fue la sociedad de la época. Fueron esos unos años de gran inspiración para la novelística, aflorando con fuerza lo que se dio en llamar realismo social, y cuyos representantes más importantes son Camilo José Cela, Ana María Matute, Carmen Laforet, Rafael Sánchez Ferlosio, y muchos otros/as.
Transitan por Entre visillos unos personajes femeninos sin voz ni voto, sin más sueños que esperar por ese hombre con el que casarse y arreglar la vida. Aunque también hay algunas jóvenes que anhelaban un futuro independiente, lo que se ve imposible en un ambiente tan conformista, hermético y machista como el que describía la autora salmantina. Las mujeres sobreviven entre confidencias banales propias de un pueblo sin más aspiraciones que ver la vida pasar, en una capital de provincias donde el ambiente se torna cada vez más claustrofóbico.
La rutina se ve trastocada cuando aparece Pablo Klein, un profesor que viene a impartir clases de alemán en el instituto del pueblo, y que trae con él unos aires nuevos y la ilusión por cambiar este mundo y la situación de la mujer encerrada, sin poder lograr la independencia. Pablo intenta implantar un nuevo método de enseñanza, apartado de la educación formal y reglada, muchas veces encorsetada, y pretende crear personas con capacidad crítica y de decidir por sí mismas. Este personaje da pie a una reflexión larga y tendida sobre el propósito de la educación a lo largo del tiempo, y nos lleva a preguntarnos por qué siempre acaban chocando los pareceres de los que quieren formar personas con conciencia, y los que no se alejan de los cánones que llevan a unas personas sin más afán que aprobar unos exámenes.
Es esta una novela de contrastes, que se atenúan especialmente entre los aires nuevos que quieren aflorar y esa España más rancia que no deja que la sociedad avance, pues eso supondría perder los privilegios de unos pocos. Carmen Martín Gaite, al igual que muchos de sus coetáneos, es una cronista de su tiempo, ya que recoge una atmósfera y unas opiniones que eran propios de la época de la que habla. Eso se puede observar sobre todo en ese manejo del lenguaje más coloquial, que simboliza la esencia de la calle.
Muchas veces se ha comparado a Martín Gaite con Matute, ya que ambas se jactan de ser mujeres que destacaron en un tiempo de hombres, una vez más. A pesar de todo, sus formas de enfocar la literatura se diferencian: Matute está más apegada a la realidad pero con una férrea base en la fantasía, y Martín Gaite maneja la crónica del tiempo que le tocó vivir.
Si algo representa la autora de Retahílas es su testimonio de lo que fue esa España que todos queremos olvidar: conflictos de la vida colectiva española, las diferencias tan manifiestas entre campo y ciudad, la situación de la mujer, y todo tratado con un fuerte compromiso ético y de denuncia social. Por todo ello, basta con decir, ¡VALIENTE!
Ficha técnica
Autora: Carmen Martín Gaite
Año de publicación: 1957
Año de edición: 2012
Editorial: Destino
Número de páginas: 288