Quiero que prestéis atención a esta cita:
“Eres consciente hace tiempo: lo que más gusta a las chicas y a las señoritas es un chaval con cara de niñata pija como los Guaperas y no un cuatroojos estrábico como tú, un empollón que no tiene amigos y que no juega al fútbol”.
Y ahora a esta otra:
“Envalentonado, te vuelves y los amenazas con el puño, les gritas palabras que nunca habías pronunciado. Gritas en un idioma extraño que hasta ahora no conocías”.
Ambas pertenecen a distintos momentos de Campo rojo (2015), de Ángel Gracia, toda una metáfora del acoso escolar, de cómo el Gafarras se ve obligado a convivir con sus acosadores, a que estos lo insulten día a día por sus características físicas. El Gafarras o Cuatroojos se avergüenza de sí mismo, odia pertenecer a una familia que no es poseedora de un coche como los de las bandas y de vivir en una casa subvencionada por Franco en un subbarrio:
“Os llaman pelagatos porque no podéis comprar un coche. Os llaman vagabundos porque vais a todos los sitios andando o en autobús”.
Todo el libro es un monólogo del propio cerebro del protagonista que le habla de tú, para decirle las palabras que duelen, que parecen puñaladas. Porque a veces también cuesta pensar determinadas cosas.

Ángel Gracia, quien siempre ha trabajado en el sector literario y cultural, publicó los libros de poesía Valhondo (2003), Libro de los ibones (2005) y Arar (2010), aunque en el libro que aquí presentamos la poesía se queda a la altura del betún. Y es que el vocabulario empleado dista de lo políticamente correcto, nos lleva a enfangarnos en la mierda absoluta, en lo más bajo del ser humano, donde el descampado del Campo Rojo es la asquerosidad llevada al extremo.
En este caso, las circunstancias influyen muy directamente en la manera de actuar de las diversas bandas que maltratan a los que no son como ellos. En una adolescencia de provincias se van desgranando episodios de violencia, más o menos descarnados de unos matones hacia los más débiles.
Por eso, no es de extrañar la contraposición de las dos citas que menciono al comenzar este comentario. Porque la víctima puede pasar a verdugo por necesidades de adaptación y supervivencia.
Los episodios se narran de manera desperdigada, con momentos discontinuos en los cuales “la mierda es algo que solo puede explicarse con la palabra mierda”. Y ese TÚ que te hace meterte de lleno en la historia, aunque sature por la crueldad de la misma.
La inseguridad, la vergüenza, la sensación de ser diferente, son sentimientos que me han llegado hondo, y más sabiendo que de los años 70 al día de hoy no se ha evolucionado tanto: el acoso escolar o de otro tipo sigue ahí y no existen medidas que eliminen esta lacra. Campo rojo no es de mis historias favoritas, pero ha calado en mí porque el Gafarras me hizo sentir cerca a mi prima narrándome su insatisfacción en un colegio en que ciertas niñas la tratan mal.
Ficha técnica
Autor: Ángel Gracia
Editorial: Candaya
Año de publicación: 2015
Número de páginas: 255
Muy buen artículo, anotó en mi lista el libro que comentas
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Me alegra ver que los lectores apuntan lo que aquí comento. Agradecida. Saludos
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