Obsesión por el rojo de tus labios al saborear esas fresa con la curva de un corazón.
Ansias por tocar tu risa en el culmen de la felicidad máxima.
Veneración de tus ojos con la única mirada capaz de anonadarme, de amar la vida con sólo verla.
Locura de tu cuerpo exhausto, sin más porqués que el ardor y el tacto a mis manos.
Éxtasis de la emoción que experimento cuando levanto los talones para alcanzar la eternidad en ti.
La pulpa del mundo con sabor a lo dulce de esos encuentros que te dejan la cicatriz de lo inexplicable.
El amor perdura en mi cabeza como el mayor misterio, y no hay una solución sino que cada cual lo siente a su manera, y todas formas de querer son válidas.