“No le gustaban los indios y hablaba en mi presencia como si yo estuviera sorda. Les decía a sus visitas que sólo eran buenos para dos cosas, trabajar y follar, si alguien conseguía que nos pusiéramos a ello. Utilizaba términos despectivos para referirse a los nativos y hablaba de nosotros como si fuésemos ganado. Yo la despreciaba, pero como necesitaba el dinero mantenía la boca cerrada y fingía indiferencia”.
Ya era consciente de que la historia de Estados Unidos que nos habían contado era una falacia, lo que no sabía era hasta qué punto. Por eso, con el objetivo de seguir aprendiendo, en septiembre me apunté a un curso sobre escritoras nativoamericanas en la escuela bilbaína Skolastika, y es ahí donde estoy conociendo esa otra parte del mundo que se ha ocultado, sobre todo la historia de los pueblos indios y de su desarraigo, de la violencia que sufrieron a manos de los colonos. Quizás la escritora que mejor ha explicado todas estas contradicciones es Louise Erdrich, autora de novelas tan míticas como Plaga de palomas, La casa redonda o Bingo Palace, todas ellas historias de ficción con un poso importante de realidad. Porque está claro que cuando la vida resulta tan cruel, la literatura no puede (ni debe) suavizarla. Y con estas mismas características leemos Mestiza, la historia de lucha, de resistencia, de supervivencia de Maria Campbell que nos trae al castellano la editorial Tránsito en una traducción de Magdalena Palmer.
Maria Campbell es una autora métis nacida en Saskatchewan (Canadá), que también ejerció como profesora, dramaturga y activista. Este libro, que fue publicado por primera vez en 1973, está considerado como una obra fundamental de la literatura canadiense, sobre todo porque cuenta una parte muy importante de la historia de su pueblo y de la violencia que se ejerce contra las mujeres. El estilo sobrio, sin adornos, nos aporta las claves del sufrimiento que sufrió la autora a lo largo de su vida, y que le valió como tesón para involucrarse en movimientos sociales, lo que la convirtió en un referente clave de la lucha indígena y mestiza en Canadá.
Leí Mestiza hace unos cuantos meses, y lo dejé reposar en mi mesa de trabajo, quizás porque necesitaba procesar muchas cosas. Quizás porque lo que aquí se cuenta es tan intenso que a veces se hace necesario parar, frenar en seco, y volverlo a leer. En este sentido, cabe destacar que la autora no alardea de haber conseguido nada, sino de saber sobreponerse y seguir adelante, que no es poco.
La muerte de su madre la obliga a dejar el colegio para cuidar de sus siete hermanos, hasta que se casa con quince años con Darrel, un hombre blanco que la deja embarazada y que le da palizas hasta que la abandona. A partir de ahí, la autora se ve inmersa en una espiral de autodestrucción, con drogas, alcohol y prostitución, a los que acude como una forma de mantenerse a flote, y de lo que habla en el libro sin tapujos, y con la sola idea de ofrecer un relato veraz y que nos sirva para conocer la dimensión de la violencia colonial y de cómo el sistema condena siempre a los mismos.
A pesar de toda la dureza que contiene este relato, conforme vamos avanzando en la lectura descubrimos que existe belleza, y que es bonito saber que hasta en la más absoluta oscuridad acaba siempre aflorando la luz. Precisamente ella termina el libro en 1973 con unas palabras en las que sigue creyendo un poco: “Creo que un día no muy lejano el pueblo dejará de lado sus diferencias y se unirá en una sola voz. Quizá no porque nos queramos, sino porque nos necesitamos para sobrevivir. Y entonces, una vez unidos, nos enfrentaremos a nuestros enemigos comunes”.
Hoy, tantos años después, la autora confiesa que “sigo creyéndolo, aunque a veces me resulte muy difícil y tenga ganas de huir. Queda mucho por decir, pero no encuentro las palabras”.
Ojalá estos relatos llegasen a más personas. ¡Qué necesarios!
Ficha técnica

Título: Mestiza
Autora: Maria Campbell
Editorial: Tránsito
Año de publicación: 2020
Número de páginas: 251
Qué interesante! Me dejas con ganas de leerla y de aprender de esta parte de la historia de la que no sé nada.
Besotes!!!
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