Recomendaciones literarias por el Día de las Escritoras

Reivindicar la labor y el legado de las escritoras a lo largo de la historia. Ese es el fin con en el año 2016 na Biblioteca Nacional de España, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas,  decidiesen celebrar el Día de las Escritoras, coincidiendo la festividad de Teresa de Jesús. Lecturas públicas, exposiciones, artículos especiales, son solo algunos de los actos organizados por todo el país con motivo de esta efeméride que, por cierto, coincide en el tiempo con la iniciativa #LeoAutorasOct, nacida bajo el paraguas de las redes sociales con el mismo objetivo.

En Lecturafilia damos mucha importancia a la recuperación de las voces de las mujeres, que tanto tiempo estuvieron silenciadas debido al machismo imperante y que, todavía en nuestros días, muchos sectores quieren volver a sumergirnos en las catacumbas. Quizás es que hablemos muy alto o, simplemente, que les molesta nuestra voz, por cierto, tan universal como la de los hombres.

Este día se torna especial para reflexionar sobre el papel que tenemos como sociedad, porque esta lucha feminista nos atañe a todos y a todas, y porque las violencias machistas se dan porque hay una desigualdad estructural.

Consciente de que la lectura ayuda a entender, reflexionar y a poner el foco sobre la propia realidad social, hoy os traigo algunos de los libros escritos por mujeres que más me han marcado últimamente. Espero que os dejen pegada, pues, al fin y al cabo, en eso consiste el acto de leer.

Formas de estar lejos, de Edurne Portela: una novela que no sorprende por lo que cuenta, pero sí por cómo nos lo narra, centrándose en los pequeños detalles de las violencias machistas y con imágenes muy plásticas que nos llevan a reflexionar muchísimo sobre la responsabilidad que recae en nosotros como sociedad.

Mujeres en lucha, de Isabella Lorusso: a través entrevistas realizadas desde 1997 hasta 2012, conocemos la lucha en la guerra civil y dictadura españolas desde la perspectiva de las mujeres, que tanto aportaron a pesar de ser silenciadas o relegadas a ese papel secundario siempre por detrás de los hombres.

Los amores prohibidos de la muerte, de Gabriela Guerra Rey: contiene relatos que nos llevan a esa parte más oscura del ser humano pero también a la más lúcida, y por eso encontramos diferentes indagaciones personales y debates sobre el mundo actual y el futuro. Uno de los grandes libros de este año que busca la inmortalidad en contraste con la muerte.

Quiltras, de Arelis Uribe: recoge testimonios de las mujeres olvidadas, de aquellas que descubren que están embarazadas y no conocen el alcance de lo sucedido, de las abandonadas por sus maridos, de las que descubren un día que las diferencias de clase dividen a las personas, de las que se inician a la vida y de las que las precedieron.

A mí no me iba a pasar, de Laura Freixas: escrita con una sinceridad brutal, A mí no me iba a pasar se puede leer como una biografía política e intelectual, pero sobre todo como una revolución personal y feminista, en la que la autora se debate alrededor de lo que quiere y no quiere, dejando constancia de sus propias incógnitas sin resolver.

Vozdevieja, de Elisa Victoria: las personas que se acerquen a esta novela deberán hacerlo sin prejuicios, con la idea de dejarse sorprender y con ansias de reír y pasar un buen rato, pues la niña es divertida, pero su abuela todavía más. Aunque, como es de esperar, Elisa Victoria aprovecha para hablarnos de muchísimos temas considerados más duros, como el sexo, la enfermedad y todas esas cosas que no se entienden y para las que se busca un significado.

Sobre las ruinas del mundo, de Patricia Reis: construida con un estilo muy cuidado y complejo, la novela se compone de muchas historias, de las que se entresaca la importancia del arte como mecanismo que empuja a avanzar sociedades y, sobre todo, a generar conciencias individuales.

Silencio administrativo, de Sara Mesa: este relato duele y nos hace sentirnos impotentes, sobre todo porque se vuelve a demostrar una vez más que la erradicación de la pobreza no está entre las medidas urgentes de los gobiernos, sino que estos se limitan a anunciar medidas que no van a la raíz y tan solo se quedan en la cara externa y en la que compra votos en año electoral.

La fruta del borrachero, de Ingrid Rojas Contreras: la principal ventaja de este libro es que nos lleva de pleno a la Colombia de Pablo Escobar y nos ofrece la perspectiva de dos niñas (Chula y Petrona) pertenecientes a clases sociales y ambientes diferentes y que no saben realmente lo que acontece en ese mundo que les está vetado a los niños y niñas.

La inequívoca fragilidad de los mosquitos, de Sonia Fides: la autora consigue impactar directamente a nuestro corazón con una historia en la que se debaten muchos temas relacionados con la libertad de las mujeres y la amistad entre nosotras. No en vano encontramos a un grupo de cinco amigas que hace tiempo que no se ven y que se embarcan en un viaje rumbo al país francés en busca de la quinta.

 

Y en gallego…

 

As miñas nanas negras, de Amalia Lú Posso Figueroa:  unha proposta que ten moito máis sentido no mundo que habitamos, no que os poderes públicos tenden a defender a homoxeneización da cultura. O que a globalización fai é que desapareza precisamente esa riqueza inmaterial que cada pobo depositou ao longo do tempo para a súa propia supervivencia, e por iso estes contos de Amalia Lú saben tamén a reivindicación polas aldeas e polas xentes, fuxindo deses mundos artificiosos e levándonos aos máis sinceros.

Feliz idade, de Olga Novo: Ler a Olga Novo supón para min unha experiencia novidosa, una revolución íntima e un atoparse continuo en cada verso, nesas chiscadelas aos actos revolucionarios dos nosos antepasados, na necesidade de loita pola liberdade de expresión e o propio idioma, na defensa dos corpos e de falar deles sen (auto)censuras, na reivindicación feminista e na construción dun mundo no que as palabras nos axuden a formar cidadás e cidadáns máis libres. Escrito con esa ensamblaxe perfecta de razón e corazón, Feliz Idade eríxese como una proposta total que vén para espallar luz na negrura actual.

Camuflaxe, de Lupe Gómez:  un poemario abertamente reivindicativo, no que se ve reflectido o campo e as mulleres que tanto o traballaron e traballan, as nais que o deixaron todo por coidar os seus fillos e fillas e por darlles un futuro máis alentador que o seu, a pobreza como escenario desde o que berrar polo que corresponde e o rural como punto de inicio e final para entender o que somos. Ateigados de moito erotismo tamén, os versos de Lupe Gómez destacan por ser un berro, por falar sen fisuras do que somos, e sen límites á vergonza. Por iso, quizais, vexo valentía e sinceridade en cada verba escollida.

Xela Arias. Poesía reunida: un libro este de grande interese para a poesía galega, que seguro agradecerán todas as persoas que gustaban dos versos de Xela Arias. Unha proposta tan necesaria como reivindicativa que contribúe a recuperar todo o que a voz desta gran muller deu de si para xuntalo nun só volume.

Infamia, de Ledicia Costas: marabillada quedei coa capacidade da autora para falarnos das partes máis escuras dos seres humanos e da sociedade desde unha linguaxe fermosa, na que se destaca tamén a humanidade das personaxes, sobre todo coas descricións dos espazos rurais e tranquilos, e da música e dos poemas que aparecen referenciados ao longo do argumento.

 

 

 

Escrito por

Graduada en periodismo y enamorada de la lectura y la cultura. Porque leer nos hace mejores personas.

3 comentarios sobre “Recomendaciones literarias por el Día de las Escritoras

Si te ha gustado este artículo y quieres dejar tu opinión, encantada de leerte!

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.