Aquello que fuimos

El otro día escuchaba en un programa de radio que para escribir bien una novela, el escritor o escritora debe investigar mucho y sobre todo tener misterios. Porque, solamente en la búsqueda de las respuestas se recorre un camino que enlaza directamente con el conocimiento sobre lo que se ha dicho a respecto de un tema concreto. Es decir, que aunque no haya nada nuevo bajo el sol, existen muchas novelas que parten de preguntas comunes y que nos provocan a los lectores y lectoras una chispa que hace que en nuestro interior se active el resorte de la empatía.

Todo lo anterior se cumple a la perfección en Aquello que fuimos, novela finalista del Premio Amazon 2018, que fue escrita por Pilar Muñoz Álamo, una mujer experta en psicología y que tiene muy claro que, al igual que sus protagonistas, que “la vida, tal cual se dice, es una gran obra de teatro. Y todo aquel que entra en escena tiene sus propias razones para sentir, para pensar, para actuar, para vivir”.

Estamos delante de una obra que nos habla de esa parte más gris de la vida, de los errores que a veces cometemos en el pasado pero que todos deberíamos tener la posibilidad de emendar. A través de las vidas cruzadas de sus dos protagonistas, Blanca y Fuensanta, reflexionamos sobre las decisiones que un día tomamos y que cambian nuestro rumbo, o también de esos sucesos que llegan de casualidad y tras los cuales nunca volveremos a ser las mismas.

Muy apegada a la filosofía de Basta con vivir de Carmen Amoraga, en esta novela intimista se contraponen temas tan tristes como son el maltrato y la violencia hacia las mujeres, los cuales se tratan desde un punto de vista reivindicativo y de necesidad social, y otros como la influencia de las redes sociales y su impactos positivos y negativos en la sociedad. Impregnada de ese concepto que hoy está tan de moda, la sororidad, las protagonistas, dolidas por dentro, querrán volver a empezar de cero y a dejar el pasado atrás, sin olvidarlo pero sin sentir rencor. Y por eso, la novela nos cuenta ese camino hacia delante pero también hacia atrás, indagando en las causas que se encuentran detrás de su forma de ser. En este sentido me ha recordado mucho a Nubosidad variable, de mi querida Carmen Martín Gaite. Aunque, claro, en Aquello que fuimos, se combina el narrador en primera persona y el omnisciente.

A pesar de que ser una historia durísima, que pone el foco en asuntos muy tristes, lo cierto es que toda ella transpira un aura de esperanza, manifestada sobre todo en esa sensación de que la vida es un tira y afloja constante y que en esa batalla lo más importante es la actitud y el saber convivir con el pasado para encarar el futuro. No es tarea fácil, aunque soy de las que pienso que se puede conseguir.

Ficha técnica

Título: Aquello que fuimos