Cuatro amigos

Se dice continuamente que no hay nada mejor para el triunfo de un libro que su comienzo, que este sea potente y atractivo y que, por ende, consiga dejarnos con un cierto desasosiego. Con inicios así, los lectores y lectoras embarcamos en el libro con el objetivo de encontrar respuestas. Esto mismo ocurre cuando leemos las primeras líneas de Cuatro amigos, del cineasta y escritor David Trueba. En ellas se dice así:

“Siempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios universitarios, la muerte o las pollas largas. Los seres humanos elevamos ciertos tópicos a las alturas para esquivar la poca importancia de nuestras vidas”.

¿Acaso no es potente? Lo más llamativo es que no se haga de entrada una loa a la amistad, sino más bien todo lo contrario. Trueba empieza con una declaración de intenciones, la de hablarnos de la amistad pero en términos poco convencionales. Y la verdad es que, a pesar de que en un principio lo consigue, no consigue mantener la historia a flote y vuelve a caer en los tópicos de siempre.

Conocemos aquí a cuatro amigos que se embarcan en el viaje de sus vidas, ese en el que compartirán sus momentos más surrealistas en busca, quizá, de un sentido a su existencia. Están en una fase que se podría situar entre la juventud y la edad adulta, por la veintena. Todos son diferentes entre sí y pasan por situaciones diversas, y un tanto rocambolescas, en sus vidas. Y en este viaje pretenden curar heridas y darle un sentido a su futuro, si es que lo tiene.

La novela está plagada de momentos surrealistas, de situaciones tragicómicas, con las que el lector empatizará en mayor o menor medida, pero que no consiguen dejar huella. Solamente se consigue juntar un montón de frases bonitas, pero sin mayor afán de trascendencia. Esto es algo que llama la atención, ya que esta es de las primeras novelas del autor madrileño y, con respecto a la más reciente, Tierra de Campos, adolece de falta de profundidad en el tratamiento de algunos temas.

Es una novela de inicio, de esas que enganchan por su facilidad de lectura, ideales para un par de noches en que busques liberar estrés, pero de las que trascienden poco.

“A veces pienso que el cerebro tiene envidia del corazón. Y lo maltrata y lo ridiculiza y le niega lo que anhela y lo trata como si fuera un pie o el hígado. Y en ese enfrentamiento, en esa batalla, siempre pierde el dueño de ambos”.

Ficha técnica

Título: Cuatro amigos